Retornos dentro del universo de renta fija en 2015: ganadores y perdedores

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Graham C99, Flickr, Creative Commons

Una vez terminado el ejercicio, todas las cartas están ya sobre la mesa, y los inversores por fin disponen de respuesta a la pregunta sobre qué activos de renta fija han sido los ganadores por rentabilidad en 2015, y cuáles han sido en cambio han sido los que peor comportamiento han registrado. El encargado de proporcionar estos datos es Gordon Harding, experto en renta fija de M&G Investments. A partir de los 85 índices sobre renta fija de Bank of America Merrill Lynch, Harding observa que la mayoría de indicadores se movieron en una horquilla de rentabilidad entre el -5% y el 5%, mientras que en 2014 se habían movido en términos generales en retornos entre el 5% y el 15%. 

Como se puede constatar en el gráfico adjunto, la deuda con mejor comportamiento ha sido la situada en la parte distressed de la curva: los bonos ucranianos se han quedado cerca del 30%, mientras que los griegos han generado retornos del 21,5% (este retorno ha estado marcado por grandes niveles de volatilidad). Por categorías, se puede observar que la deuda soberana europea se ha quedado en los primeros puestos por rentabilidad; esto es aplicable por ejemplo a los gilt británicos o la deuda italiana, portuguesa, suiza y, en menor medida, la española. Harding destaca en cambio que la deuda alemana y estadounidense a diez años terminaron el año 10 puntos básicos por encima de cómo lo empezaron (0,63% y 2,27%, respectivamente), mientras que la deuda británica se anotó 20 puntos básicos en términos anuales, hasta el 1,96%. En cambio, los bonos nipones a diez años retrocedieron seis puntos básicos en el balance anual, hasta el 0,26%. 

Fenómenos destacados

Si algo se puede afirmar es que 2015 ha sido un año claramente anómalo para el universo de renta fija en su conjunto. El experto de M&G destaca por ejemplo que, debido a la divergente política monetaria entre EE.UU. y la eurozona, los bonos estadounidenses a dos años han cotizado a un nivel más elevado desde 2013 y dicha diferencia se ha incrementado en 2015 por la probabilidad de una subida de tipos por parte de la Reserva Federal. Paralelamente, los bunds a dos años – que empezaron 2015 en negativo- profundizaron su caída en números rojos por el anuncio de más estímulos por parte del BCE, lo que se ha traducido según el experto en un ensanchamiento en torno a 140 puntos básicos entre la deuda estadounidense a dos años y la alemana de mismo vencimiento; se trata de la prima de riesgo más elevada en diez años. 

La paradoja de la deuda soberana - esto es tan aplicable a la europea como a la del resto de países desarrollados- es que, a pesar de la compresión de los tipos y la entrada en números rojos, los pequeños movimientos que se han registrado a lo largo del año han sido compensados por la rentabilidad del cupón. Así, desde M&G inciden sobre el hecho de que se han podido observar retornos positivos en mercados que han registrado rentabilidades negativas: la deuda soberana alemana generó un retorno en conjunto del 0,3%, los treasuries del 0,8% y la deuda nipona ha rendido un 1,2%. El experto en renta fija observa asimismo que en 2015 se ha profundizado la compresión de los diferenciales de la deuda periférica frente a la alemana: en el caso de la italiana, la prima de riesgo respecto al bono a diez años se ha estrechado 40 puntos, terminando el año en el 1,6% (el retorno total ha sido del 4,8%); en cambio, la deuda española y la irlandesa  han generado retornos del 1,7%. 

En cambio, Harding observa el ensanchamiento de los diferenciales de crédito en un gran número de mercados, a pesar de que los bonos europeos sí se vieron beneficiados por la acción del BCE y a pesar también de la salud de la economía estadounidense. El experto detalla que el ensanchamiento de los diferenciales fue modesto dentro del grado de inversión en el conjunto del año, aunque sí constata diferenciación entre la foto fija que ha dejado el final de año y el comportamiento que se registró durante el primer trimestre. Pone por ejemplo al segmento de deuda corporativa estadounidense BBB: los diferenciales se ensancharon 43 puntos básicos, desde 198 a 241 puntos, pero alcanzaron un mínimo de 175 puntos en marzo. 

“El volumen récord de emisiones en EE.UU. como resultado de la actividad en M&A y que las compañías estaban intentando adelantarse a la Fed para aprovechar los tipos bajos fueron sin duda responsables de algo del ensanchamiento”, afirma Harding. Como resultado, la deuda con grado de inversión ha terminado el ejercicio con retornos decepcionantes tanto en euros como en dólares (-0,4% y -0,6% respectivamente) , mientras que la denominada en libras ha retornado un 0,6%. 

Un perdedor predecible

El último segmento repasado es el del high yield, donde el gran condicionante de la rentabilidad a lo largo del año ha sido el desplome del precio del petróleo y otras materias primas.

De esta forma, no es ninguna sorpresa a estas alturas que el segmento más castigado fuera el estadounidense, por la gran exposición del índice a energía y metales: la caída ha superado el 25%(el retorno total ha sido del -4,6%), lo que clasifica al segmento oficialmente como la parte con peor comportamiento del universo de renta fija en el año. 

La otra gran perjudicada ha sido la deuda soberana emergente. La conclusión de Harding respecto a esta categoría es que los inversores deben prestar atención a los riesgos idiosincráticos y no tratar a los emergentes como una única entidad. La mención especial es para la deuda brasileña, con un retorno en dólares del -13,7%. 

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