Responsabilidad inversora: inversión responsable y/ o fondos éticos (I)

Las estrategias actuales de inversión responsable tienen su raíz en las primeras formas de inversión ética, que se produjeron hace cientos de años, cuando los judíos, católicos e islamistas tomaban sus decisiones económicas y de inversión basadas en sus creencias religiosas. El primer fondo ético -The Pioneer Fund- se lanzó in 1928 durante la "época de la prohibición", cuando las iglesias mandaban a sus feligreses evitar inversiones en alcohol, armas, tabaco y otros valores "Sin".

El movimiento por los derechos civiles y movimiento ecologista de la década de los sesenta y setenta fueron eventos que preludiaron la era de "inversión socialmente responsable" (SRI) y dieron pie a que una serie de inversores revisaran su proceso de inversión y toma de decisiones. Por lo tanto, la inversión socialmente responsable nació como una extensión de la inversión ética y su prioridad continuó siendo evitar valores, compañías que desarrollaban actividades "ofensivas" para determinados inversores como por ejemplo tabaco, alcohol, apuestas, ludopatía, pornografía, pruebas de laboratorio en animales, OMG (organismo transgénico) o armamento.

¿Pero son entonces la SRI y la "sostenibilidad" (en inglés; "sustainability”) lo mismo? el concepto de sostenibilidad nació hace más de veinticinco años, cuando en 1987 la Comisión Brundtland de las Naciones Unidas publicó su informe titulado "Futuro Común". En este informe se define el término "desarrollo sostenible" como aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer las necesidades de las futuras generaciones. Esto implica un cambio muy importante en cuanto a la idea de sustentabilidad, principalmente ecológica pero también a un marco que da énfasis al contexto económico y social del desarrollo. A pesar de que durante los diez años siguientes a este informe los inversores no prestaron mucha atención a estos factores esto cambió en los primeros años del siglo XXI.

Una mayor consciencia medio ambiental, la mayor presión ejercitada por los países en desarrollo sobre los recursos naturales, entre otros factores, junto además con el lanzamiento de los principios de inversión responsable -por las Naciones Unidas en el año 2006- marcaron un gran cambio en el proceso de selección de valores. Estos principios de inversión responsable (PRI) son directrices voluntarias para instituciones financieras e inversores y tienen el objetivo de integrar factores medio ambientales ("E";environment), sociales ("S"; sozial) y de gobierno corporativo ("G"; Corporate Governance) en el proceso de decisión de las inversiones.

Por consiguiente, el concepto de "inversión responsable" (IR) ha ido evolucionando a lo largo del tiempo desde una acepción inicial mas enfocada  a excluir determinados valores del universo de inversión a un concepto más orientado a tener en consideración en el momento del análisis de la inversión una serie de factores medio ambientales, sociales y de gobierno corporativo adicionales que ayudan a llevar a cabo un mejor análisis de los riesgos y oportunidades de la compañía y por lo tanto una mejor decisión de inversión desde el punto de vista del riesgo y la rentabilidad esperada.

Hoy por hoy, la inversión responsable se basa en tener en cuenta la mejor y más completa información posible -tanto financiera como "extra financiera" - sobre una compañía. Adicionalmente, los inversores ya sean privados o institucionales, como propietarios de los valores en los que invierten tienen la posibilidad de ejercer conscientemente sus derechos como tales y por lo tanto adoptar una posición más activista con respecto al comportamiento de la empresa.

Autor de la imagen: Gabriel-Casa del Pixel, Flickr, Creative Commons