Renta variable y renta fija americana: la visión de Schroders para 2014

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Foto cedida

La visión de los expertos de Schroders en renta variable y renta fija estadounidense para 2014 no pueden ser más antagónicas. Mientras que las bolsas siguen ofrenciendo oportunidades pese al pulso comprador, la deuda ha perdido mucho atractivo.

Comenzando con las perspectivas más optimistas, en la gestora prevén que "2014 sea un mercado para los seleccionadores de acciones estadounidenses", afirma Joanna Shatney, responsable de grandes capitalizadas de Estados Unidos (en la imagen). Shatney se muestra convencida de que “el crecimiento lento, pero positivo, debería ayudar a los gestores activos a batir al mercado, particularmente al ser el ‘muro de preocupación’ sobre la economía y el sistema financiero mucho más pequeño que el año pasado”. Aunque la responsable no descarta que las acciones de los bancos centrales puedan sacudir al mercado, cree que la clave para batir al mercado en un entorno de bajo crecimiento será “la separación de ganadores de los perdedores”.

Los beneficios pueden sorprender al alza

Para Shatney las valoraciones siguen acompañando, pues “parecen muy baratas en relación con los bonos”. Como prevé que la renta fija genere retornos negativos el año que viene, cree que las acciones se beneficiarán de la rotación de los inversores. “Dadas las características más defensivas del crecimiento en Estados Unidos, las compañías del S&P 500 ofrecen un valor considerable en comparación con otras bolsas desarrolladas”, explica, añadiendo que tanto el escenario que barajan los alcistas para el PIB americano (más de un 3%) como el de los bajistas (entre un 1% y un 2%), “son positivos para la bolsa estadounidense”.

El escenario base de la experta contempla un crecimiento de los beneficios entre el 8% y el 10%, que implicará un retorno de entre el 10% y el 15% para las grandes capitalizadas en 2014. “Aunque esto representaría un retorno más modesto en comparación con el 26% que hemos visto este año, creemos que Estados Unidos ofrece un equilibrio rentabilidad/riesgo significativamente mejor que el de otros países desarrollados”, afirma.

Adicionalmente, el crecimiento del PIB se podría traducir en un incremento entre el 4% y el 5% de las ventas. Si a esto se le suma una expansión de los márgenes superior a la de 2013 podría dar lugar a un incremento estimado del 6% ó 7% para el beneficio operativo, más un 2% ó 3% de crecimiento de las ganancias procedentes de la redistribución de la tesorería.

“No estamos de acuerdo con la visión prevalente de que los márgenes no subirán”, asegura Shatney. Si bien admite que estos ya están cerca de máximos, estima que todavía hay potencial de subida: “Creemos que la mejora del control de costes, el incremento del poder de fijación de precios y la habilidad de distribuir los costes operativos a través de ventas mayores podría permitir a las compañías llevar a los márgenes por encima de sus máximos”.

Otro factor relevante es la caja de las compañías, en máximos históricos. La responsable prevé que se distribuya en forma de dividendos, recompras de acciones y fusiones y adquisiciones. “Creemos que la distribución de la caja ayudará a diferenciar los retornos de las acciones”, explica Shatney, que cree que el activismo sera un catalizador adicional.

La responsable de grandes capitalizadas termina sus predicciones para 2014 con esta conclusión: “La historia sugiere que los múltiplos de ganancias similares a los que vemos hoy generalmente han llevado a retornos de doble dígito en el S&P 500 para los siguientes 12 meses. Si estamos en lo cierto de que el crecimiento de beneficios para el año que viene puede sorprender al alza, el mercado podría facilmente superar nuestra previsión”.

Una cara muy distinta es la de la renta fija

David Harris, responsable de renta fija multi-sector de Estados Unidos de Schroders, comienza su análisis afirmando que no debería producirse un ajuste dramático entre la visión de futuro de la Fed y la retirada de estímulos. Para él, la consecuencia directa del final del QE3 para el mercado de deuda es que las rentabilidades de corto plazo seguirán cerca de cero, mientras que las de largo plazo subirán gradualmente.

Harris afirma que los inversores “han subestimado consistentemente la voluntad de la Fed de mantener los tipos de corto plazo cerca de cero hasta que sea evidente una recuperación clara y sostenida”. El experto no duda de la capacidad de la autoridad monetaria americana para hacer todo lo que esté en su mano para garantizar la recuperación… pero añade que será difícil para la Fed “gestionar los tipos sólo hablando, por lo que es probable que haya periodos en los que aumente la volatilidad". “La inflación persistentemente baja ha permitido a la Fed ser paciente, y continuará siéndolo a lo largo de 2014”, sentencia Harris.

El responsable de renta fija estadounidense de Schroders hace una observación interesante sobre la articulación de la retirada de compras: “La Fed ha adquirido casi tanta deuda de largo plazo como la que ha emitido el Tesoro en 2013, por lo que se necesitará encontrar un nuevo comprador en 2014 cuando la Fed dé una salida gradual al QE". Harris se fija en los planes de pensiones. Han estado acumulando deuda con mayor vencimiento y comprando bolsa y high yield este año aunque "su apetito no será suficiente por sí solo para absorber nuevas emisiones de deuda".

La ausencia de presiones inflacionarias puede ser una inesperada aliada en este entorno, al evitar que se acelere el repunte de los tipos de la deuda de largo plazo. Harris prevé que los inversores ávidos de rentabilidad compren a mayor vencimiento dada la baja rentabilidad que ofrecerá la deuda de corto plazo. El experto admite lo innegable: “En este punto del ciclo económico, hay pocas áreas del mercado de deuda con un valor atractivo obvio”.

Cree que los inversores tendrán que conjugar su apetito por la rentabilidad con la búsqueda de activos de menor riesgo. El responsable de Schroders señala cinco temáticas que guiarán la inversión en renta fija americana el año que viene: evitar deuda del Tesoro y reducir la duración de la corporativa; extremar la selección de emisiones; acumular bonos flotantes; añadir inflación cuando no sea popular y, finalmente, complementar visiones estratégicas con posiciones tácticas.