Renta variable, oportunidades y volatilidad para 2015

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Imagen cedida

Con el año 2015 que estamos iniciando, es habitual la realización de estimaciones sobre el comportamiento de los mercados financieros. Estas son siempre complicadas. Más aún si las aderezamos con cambios de ciclo y divergentes políticas monetarias, las incertidumbres sobre la implementación de políticas fiscales y el resultado sobre las elecciones legislativas en diversos países. No obstante, para 2015 las estimaciones son de un crecimiento económico global por encima del 3% (la Encuesta Global de Sentimiento de Mercado de CFA Institute entre sus miembros de todo el mundo lo sitúa en el 2%), a pesar del entorno que se muestra muy heterogéneo y polarizado.

En particular, y para la renta variable, la única característica segura será el incremento de la volatilidad por la multitud de riesgos económicos y geopolíticos que invaden el escenario (el zarpazo del terrorismo, Rusia, crisis bancaria en China, elecciones…). En Estados Unidos, la economía (con el consumo animándose con la continua caída del precio del crudo) puede sorprender al alza y existen dudas, al contrario de la opinión generalizada, de que la Fed suba tipos de interés dadas las contenidas expectativas de inflación.

Los bancos centrales tienen miedo a un mundo sin inflación. El retraso hasta 2016 de la primera subida de tipos sería muy bien recibida por el mercado americano, a pesar de su extraordinaria apreciación durante los últimos años. No obstante, en caso de que la Fed cambie el ciclo de tipos, los mercados emergentes sufrirán una detracción de capital dado su mayor perfil de riesgo, y podríamos vivir escenarios de elevada volatilidad. 

En Europa, la esperanza es una acción contundente por parte del BCE (y así será) y un impulso económico derivado de la depreciación del euro y la caída de los precios del petróleo, la cual es razonable pensar que ocurrirá tal y como indican los indicadores adelantados. Por ello, para 2015 la bolsa europea es probablemente la mejor opción de inversión. También por eliminación. Tras el fuerte rally experimentado por la renta fija en 2014, no existen opciones de obtener rendimientos que superen el dividendo de la bolsa. El dividendo yield gap está en máximos. Además, la lluvia de liquidez anima a mayores recompras de acciones, operaciones corporativas y las expectativas de crecimiento de beneficios empresariales están contenidas. No obstante, es necesario obtener crecimiento micro y macroeconómico, la tasa de descuento y la aversión al riesgo ya se encuentran en niveles reducidos. Por otro lado, el dólar americano debe continuar su apreciación. El principal factor de riesgo, la economía Rusa, que se encuentra al borde de una profunda recesión dada su dependencia del precio del petróleo, y la consiguiente caída de sus reservas en divisas y la depreciación del 50% del rublo.

A nivel sectorial las mejores opciones inversión serían farmacéuticas, telecomunicaciones (este último sector animado por un proceso de consolidación), sectores ligados al consumo y bancos hasta la implementación del denominado QE. A nivel de valores, fijarnos en acciones con elevados y cubiertos dividendos por los flujos de caja de la empresa. Igualmente, el sector petrolero ofrecerá oportunidades tácticas si recorta producción la OPEP.

Por tanto, relajación cuantitativa (QE), depreciación del euro y caída del petróleo deben mejorar el escenario económico para las empresas europeas, más cíclicas y globales que las americanas. 2015 va a ser un año volátil donde los inversores cortoplacistas pueden tener numerosas oportunidades derivadas del QE y las elecciones legislativas. No obstante, la madurez del ciclo en Estados Unidos y la magnitud de los riesgos aconsejan que nuestras carteras deban tener un perfil defensivo y primen la preservación del capital.