Reino Unido y Hong Kong eliminan el ‘stamp duty’ para ganar competitividad

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Mikeleorg, Flickr, Creative Commons

Durante su tradicional discurso de otoño, celebrado el pasado 5 de diciembre, el ministro de Finanzas británico, George Osborne, anunció la eliminación del impuesto sobre transmisiones de valores no documentadas (conocido en inglés como ‘stamp duty reserve tax’ o SDRT). La medida, que entrará en vigor en menos de una semana (el 30 de marzo de 2014) implica que las gestoras de activos domiciliadas en Reino Unido dejarán de pagar la tasa del 0,5% sobre el valor de las participaciones que compran o venden.

Según publican las propias autoridades fiscales británicas (HMRC) en su página web, la eliminación del impuesto persigue “mejorar el atractivo del Reino Unido como domicilio para ciertos tipos de instituciones de inversión colectiva”. La misma agencia estima que la medida beneficiará a unas 100 entidades británicas que gestionan unos 2.500 fondos sujetos actualmente al pago del impuesto.

Sin embargo, el despacho internacional Simmons&Simmons cuestiona la efectividad de la medida: “Hasta ahora, los inversores pagaban un impuesto del 0,5% por la compraventa de participaciones en cualquier fondo domiciliado en el Reino Unido, impuesto que no tenían que pagar por la compraventa de participaciones en instrumentos de Irlanda o Luxemburgo, por ejemplo. Dada la existencia de estas otras jurisdicciones, cabe preguntarse si el nuevo régimen fiscal será suficiente para que veamos un incremento en el número de fondos domiciliados en suelo británico”.

El mercado de ETF como ejemplo

En un informe reciente, Simmons&Simmons compara la situación del mercado de ETF en Reino Unido y Hong Kong, donde también se ha propuesto recientemente abolir el pago del ‘stamp duty’ (del 0,2%) para los fondos cotizados que se negocian en la bolsa de Hong Kong (SEHK) tras el fuerte crecimiento registrado por estos instrumentos en los últimos años −han pasado de 69 en 2010 a 116 al cierre de 2013, lo que lo convierte en el séptimo mercado de ETF del mundo por volumen y el tercero más grande de Asia.

Según la legislación actual, todos los valores cuya transmisión deba registrarse en Hong Kong están sujetos al pago del impuesto, lo que en la práctica supone que la mayoría de ETF, independientemente de que tengan forma de fondo de inversión o de sicav y de que estén domiciliados en Hong Kong o en el extranjero, deben pagar el impuesto. El régimen jurídico actual prevé la exención del pago para los fondos cotizados que repliquen índices en los que los valores de Hong Kong tengan una ponderación inferior al 40% en la fecha en la que el ETF empiece a cotizar en la SEHK, aunque deben solicitarla ante las autoridades correspondientes.

“La abolición del ‘stamp duty’ en Hong Kong eliminará la distinción arbitraria del 40% entre los ETF sujetos al impuesto y los exentos”, apuntan desde Simmons&Simmons. “También eliminará las ventajas de que disfrutan los fondos cotizados domiciliados en el extranjero y acelerará el proceso de autorización de nuevos ETF en la SEHK. Por todo ello, es posible que el nuevo régimen fiscal consiga atraer a más ETF que repliquen índices de Hong Kong”.

Sin embargo, los expertos se muestran menos optimistas con la evolución del mercado británico de ETF tras la abolición del 'stamp duty'. “Hasta ahora, lo único que tenían que hacer los inversores para no pagar el impuesto era invertir en un ETF domiciliado fuera del Reino Unido. Por eso, a pesar de que la bolsa de Londres (LSE) es el mercado de fondos cotizados más grande de Europa, ninguno de los ETF que cotizan en ella están domiciliados en Reino Unido”. Aunque la próxima abolición del impuesto será bienvenida por los inversores, es difícil anticipar si la nueva medida propiciará el lanzamiento de ETF con domicilio británico.