Las primeras estimaciones del PIB para el primer trimestre del año muestran que el Reino Unido evitó una triple recesión sin precedentes por un estrecho margen, gracias a que la producción del país aumentó un 0,3 % en los tres primeros meses del año. Según explica en un informe Azad Zangana, economista europeo de Schroders, el Gobierno de David Cameron ha hecho bien en no insistir en objetivos fiscales agresivos cuando no ha logrado conseguirlos, manteniendo en su lugar una cierta intensidad en las reformas de los servicios públicos.
Sin embargo, el experto considera que el Ejecutivo británico debería aprovechar unos tipos de interés que actualmente se encuentran cerca de mínimos históricos para emprender grandes proyectos de inversión en infraestructuras que durarán varias décadas, algo que el Reino Unido necesita desesperadamente para liberar su potencial de crecimiento futuro. En este sentido, de cara al futuro, el experto reconoce esperar que la economía del Reino Unido remonte en el segundo semestre del año apoyada en una mayor inversión por parte del sector privado.