Reino Unido: ¿cuándo subirá los tipos de interés el Banco de Inglaterra?

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Bank of England, Flickr, Creative Commons

El gobernador del Banco de Inglaterra (BoE), Mark Carney, ha roto el silencio que mantuvo durante el periodo electoral para presentar el informe trimestral de inflación de la institución. Las previsiones de inflación y de crecimiento de la economía británica han sido algo más débiles de lo esperado, lo que los mercados han interpretado como una señal ‘dovish’ para el futuro de los tipos de interés. El cambio más reseñable en las perspectivas del Comité de Política Monetaria ha sido la revisión a la baja de la previsión de crecimiento económico para 2015, que ha pasado de un 2,9% en febrero a un 2,6% y que probablemente responde al hecho de que la economía británica creció en el primer trimestre a un ritmo muy inferior al previsto. El BoE también ha revisado a la baja sus previsiones de crecimiento para 2016 y 2017.

Carney ha señalado como la principal razón detrás de esta rebaja el débil crecimiento de la productividad, que se mantiene débil desde el inicio de la crisis y que ha frustrado sistemáticamente las expectativas de recuperación del banco central. También ha explicado que el Comité achaca parte de la debilidad de la productividad en el último año a efectos “de composición” temporales y a que la creación de empleo ha sido más robusta en los sectores menos productivos. Sin embargo, observa una “debilidad subyacente” en el crecimiento de la producción per cápita que justifica unas previsiones más conservadoras. Las nuevas previsiones del BoE también sugieren que la inflación caerá por debajo del 0% en los próximos meses, arrastrada por la caída de los precios del petróleo y de los alimentos. No obstante, Carney ha advertido de que esta caída de los precios será “relativamente breve” y que la inflación debería volver a acercarse el objetivo del BoE, del 2%, en los próximos años, conforme se vaya reduciendo el exceso de capacidad de la economía británica.

El informe trimestral de inflación ha coincidido además con la publicación mensual de las cifras de empleo y crecimiento salarial. El desempleo se redujo en 35.000 personas entre enero y marzo y se sitúa en los 1,83 millones. La tasa de desempleo cayó del 5,6% al 5,5% en el primer trimestre del año, en línea con las expectativas del mercado, y marca su nivel más bajo desde mediados de 2008. Los salarios crecieron más de lo esperado, ya que el sueldo semanal medio registró un aumento interanual del 1,9% en marzo, frente a la previsión del mercado, del 1,7%. El salario medio (sin incluir las primas) creció un 2,2% interanual, también por encima de las previsiones del mercado y supone la mayor tasa de crecimiento en casi cuatro años.

La caída de la inflación y el repunte del crecimiento salarial han provocado que los salarios lleven seis meses registrando crecimiento real, el periodo más largo de crecimiento sostenido desde la crisis financiera. Sin embargo, la sostenibilidad del crecimiento salarial podría verse amenazada por la falta de crecimiento de la productividad británica. Pese a que se ha rebajado la previsión de crecimiento, no hay duda de que la caída del desempleo y el repunte de los salarios son buenas noticias para el nuevo gobierno conservador. La política fiscal restrictiva del nuevo ejecutivo es otro factor que podría retrasar la primera subida de tipos en el Reino Unido.
  
Como siempre, la pregunta clave para los inversores es cómo afectará todo esto a los tipos de interés. Según explican desde J.P.Morgan AM, “la fecha de la primera subida se ha retrasado considerablemente en el Reino Unido y continúa dependiendo de la evolución de los datos, por lo que creemos que el Comité de Política Monetaria no dudará en subir los tipos de interés antes de lo previsto si los datos económicos respaldan esta decisión. Aunque el BoE estará muy atento a la modesta aceleración del crecimiento de los salarios, no vemos un cambio de política a corto plazo, puesto que Carney ha identificado el crecimiento salarial más débil de lo esperado como uno de los principales riesgos para las previsiones del banco central. Por el momento, la ausencia de presiones inflacionarias y las moderadas perspectivas de crecimiento sugieren que los inversores han acertado al posponer sus previsiones para la primera subida de tipos hasta 2016”.