Regulación y sofisticación financiera, caballos de batalla de los departamentos operativos

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Funds People

Trabajan entre bambalinas, pero de vez en cuando salen a escena. Responsables de las tareas operativas y de administración de gestoras de fondos cuentan en un desayuno organizado por Funds People y patrocinado por SimCorp cómo han evolucionado estos departamentos en los últimos años y los retos que tienen por delante, que no son pocos.

François Thaury, senior sales and account manager de SimCorp, pone el foco en dos tendencias principales que se han producido en los últimos 10 años. Una de ellas es la consolidación del mercado, “las gestoras tienen una mayor capacidad de distribución y una gama de productos más amplia a disposición de los clientes”. Una de las razones de esta consolidación es la necesidad de ser más eficiente en costes: “Las gestoras con las que hablamos que están creciendo quieren economías de escala en sus operaciones, compartir los servicios, el back office y el middle office, y mantener el margen estable”. La otra tendencia que identifica es la aparición de una nueva organización con habilidades muy específicas, un expertise que la consolidación ayuda a que sea adquirido de forma más rápida.

Al mismo tiempo, François Thaury también ha observado en los últimos tiempos el incremento del número de gestoras: “En España han aparecido trece nuevas entidades en los últimos cinco años, lo que es muy importante”, aunque también destaca que algunas han desaparecido, y advierte “que la regulación es una barrera porque hay que pagar mucho para mantener un correcto compliance”.

Sergio Fernández-Pacheco, director Financiero y de Operaciones de Azvalor, explica que el proceso de lanzamiento de una gestora no es difícil, pero sí laborioso, y lo que sí se ha complicado respecto a hace 10 años es el mantenimiento del día a día de la compañía, que cada vez requiere más recursos y más estructura: “Es una actividad cada vez más regulada, a lo que se une el aumento de las geografías en las que se invierte, y eso complica el día a día de la gestora”.

Eneritz Rodríguez, miembro del Departamento de Control de Riesgos de Orienta Capital, tiene muy reciente la experiencia del lanzamiento de una nueva gestora, y coincide en que no es complejo, pero sí muy laborioso. Destaca las crecientes exigencias normativas, exigencias de regulación, como las de la CNMV, pero también operativas y de relación con el partícipe. “Tenemos obligaciones diarias, mensuales y anuales, lo que es laborioso y, además, se ha sumado la entrada en vigor de MiFID II. Cada día es necesario tener más recursos humanos para hacer frente a las cada vez mayores obligaciones”.

En la misma línea, Javier Muñoz, director general de Tressis Gestión, apunta que “los cambios normativos que se han producido a raíz de la crisis financiera se han notado: las exigencias de control por parte de los reguladores son cada vez más elevadas y el mantenimiento que se requiere es mayor”.

Ramón Cardil, COO de Trea AM, apunta otro motivo de la mayor complejidad de las tareas de los departamentos de administración y operativos: “Ahora estamos más especializados y, por tanto, tenemos que dedicarnos mucho más a cubrir necesidades diferenciales de aquellos activos en los que la gestora mantiene posiciones, y eso requiere mayor control y más dotación de recursos”.

Laura Eguren, directora de Administración y Medios de Imantia, también opina que las dificultades cada vez son mayores debido a la regulación y a la mayor complejidad de los instrumentos financieros, pero destaca que el hecho de que este mercado se haya complicado, que las gestoras hayan visto nuevas oportunidades en otros mercados, “ha facilitado la aparición de nuevas empresas, consultoras especializadas en gestión de activos, que facilitan el negocio”. Además, apunta que MiFID II va a permitir que “a medio y largo plazo haya un nicho para gestoras que no tengan red de distribución propia porque el cliente final va a tener mucho más fácil el acceso a la información de los costes y las rentabilidades de los diferentes vehículos”.

Así están las cosas, y en función de este panorama estos departamentos que trabajan entre bastidores se plantean los desafíos más inmediatos. “El reto del gestor es conseguir un buen performance, y el nuestro es que haya incidencias cero. Cuantos más cambios normativos hay más complicado nos lo ponen, pero ese es el objetivo. Es verdad que una gestora vive del performance, pero puede morir por errores de back office, de compliance o de riesgos”, asegura Sergio Fernández-Pacheco.

Ramón Cardil destaca que, como reto, el cambio de óptica, “desde esta parte del backstage de la gestora siempre debemos buscar dónde poder aportar valor, tanto al departamento de gestión para que los gestores consigan eficiencia operativa; como en tareas comerciales para facilitar la captación de clientes nuevos”.

Para Javier muñoz, los principales desafíos están relacionados con el traspaso de los partícipes: los movimientos hacia gestión de carteras, hacia asesoramiento o entre clases de fondos. “La estructura ya está montada, pero hay que asegurarse de que funcione y de que no haya incidencias en la adaptación a MiFID, de que las clases funcionen y los traspasos, y de que cada partícipe está donde le corresponde”.

Laura Eguren también pone el énfasis en los aspectos normativos y destaca que, en su caso, “los departamentos de back office están muy implicados en los nuevos proyectos de la compañía. En ellos vamos a tener que invertir la mayor parte de nuestro tiempo el año que viene”.

El reto es continuar ofreciendo valor con la misma calidad que hasta ahora, y para ello el trabajo del departamento de análisis, que es al final es el que define la estrategia, es completamente fundamental; es el que indica por dónde nos vamos a mover durante todo el año”, comenta Para Eneritz Rodríguez.

François Thaury analiza los retos desde el punto de vista del proveedor de sistemas de gestión de inversiones y prestaciones para empresas de servicios financieros. Explica que los clientes están buscando mejores retornos, pero también “un mayor impacto de la inversión, la inclusión de los criterios ESG. Es una tendencia creciente en el mercado, por lo que nosotros estamos trabajando en esta línea”. También destaca que están ayudando a los clientes en el desarrollo de otra tendencia, la de la diversificación a través de la apuesta por inversiones alternativas, como infraestructuras o prívate equity.