Razones para no confiarse

Kamil Molendys, Unsplash

 

Año 2013, S&P 500 marca un nuevo máximo histórico, el Dax Alemán otro tanto de lo mismo, pero tanto por fundamentales como por técnico la situación sólo la sostiene la imperante liquidez de los mercados. Quizás en Estados Unidos podemos ver mejores datos macro, producción manufacturera al alza, incremento en los precios de la vivienda, insourcing de empresas nacionales etc. Pero no podemos olvidar que todo viene sostenido por los 40 billones mensuales que la FED va regalando, mientras que las reformas fiscales siguen la pauta de “balones fuera que vamos ganando”. En cuanto al caso alemán, empieza a verse la punta del Iceberg, me explico: pequeña agencia calificadora  que baja un peldaño el rating de la RFA, y un Deutsche Bank con un agujero de 100.000 mm de euros que a ver como lo explicamos… además de los más de 700.000 mm euros que ya han recibido los bancos y landesbanken alemanes por la vía Target 2. Dos gigantes tocando máximos pero… ¿hasta cuándo?

Y mientras nosotros, mortales del Ibex, a expensas de lo que nos digan. De momento la semana empieza al alza, más de un 1% en bolsa y la deuda de rally alcista, pero hay razones para no confiarse. La primera: técnicamente tenemos un GAP alcista que hay que cerrar, y que compromete al IBEX a volver, al menos,  a los 7.915 puntos. Y ahí vemos cerquita cerquita los 7.800, punto donde confluyen niveles de Fibonacci a corto y medio plazo. Gran soporte, pero como lo perdamos, nos vamos al 7.200 sin anestesia alguna. Y segunda razón: los fundamentales de la economía española. Seguimos con el consumo a la baja, una deuda pública que en 3 años estará en torno al 110%, con los datos publicados por el FMI la semana pasada y la confirmación de los mismos por nuestro ministro de economía.

Y es que esta situación seguirá lastrando nuestra capacidad para generar valor mientras las inversiones en el país sigan vía deuda pública y no equity, con el consiguiente  efecto crowding out que esto supone. Y no solo eso, tenemos un sistema bancario con el 100% de sus esfuerzos en la generación de provisiones para impagos de bienes inmuebles pero… se nos está olvidando esa parte del balance aún no reconocida, la deuda a empresas, de la cual aún no se ha provisionado nada. Este punto es especialmente crítico, estamos viendo líneas de crédito y préstamos que no se conceden a empresas con buenos proyectos porque el dinero se destina a la refinanciación de deudas de empresas que nunca pagarán, con el único fin de no dejar aflorar la morosidad en un momento de especial virulencia como el que vivimos. Pero lamentablemente aflorará, y de repente nos veremos otra vez sumidos en el caos porque se nos olvidó que la economía se basa la generación de valor y no en el maquillaje contable.

Dicho lo cual, creo que no hay razones para confiarse, datos técnicos que muestran signos de fatiga y fundamentales que apoyan una bajada generalizada en los mercados.

Por mi parte sólo decir, dadas las circunstancias que nos rodean... ¡¡hagan juego señores!!