Razones para confiar en los fondos de bolsa estadounidense

Los fondos de bolsa de EEUU se han convertido en uno de los superventas en España dentro de los productos de acciones. Según publica Expansión, como mejor ejemplo figura el Robeco US Premiun, el producto de bolsa con más patrimonio en España dentro de la oferta de gestoras internacionales.

Muchos son los argumentos que respaldan la confianza de los expertos y gestores en los fondos que invierten en EEUU. Jonathan Armitage, responsable de renta variable estadounidense de Schroders, destaca dos: las empresas han aprovechado la recesión para reducir costes y reestructurarse, aumentando su productividad; y espera que se mantenga la actividad en fusiones y adquisiciones.

Además, según Vanessa Garrido, gestora de inversiones senior de DB Private Wealth Management, las estimaciones de beneficios son elevadas (un 14% en 2011 para las empresas del S&P500).

De hecho, en palabras de Eric Le Coz, miembro del Comité de Inversión de Carmignac, el sector empresarial de EEUU “nunca se ha encontrado en tan buena forma”. Y si a esto le unimos que las valoraciones, aunque han subido ligeramente, todavía están atractivas, parece que las posibilidades de que el gestor encuentre buenas inversiones son muchas.

Hay motivos de carácter global que permiten ser optimista sobre la evolución de estos fondos frente a los expuestos a Europa. Víctor Alvargonzález, consejero delegado de Profim, destaca, entre otros, que EEUU está mejor preparado para aprovechar el crecimiento de los mercados emergentes y para suplir su posible pérdida de ímpetu; su economía es más dinámica y flexible; existe un liderazgo económico que no hay en Europa y no tiene el problema de credibilidad presupuestaria que sí tienen varios países del Viejo Continente.

Con estos apoyos, los expertos creen que 2011 será un buen año para los fondos de bolsa de EEUU. Pero, ¿para todos? Hay preferidos. Existe un consenso generalizado en la apuesta por carteras con exposición a valores energéticos, industriales y tecnológicos.

Y luego hay otras elecciones más personales. Por ejemplo, a Robert Parker, asesor senior de Credit Suisse, le gustan también los fondos que invierten en infraestructuras y Bob Doll, jefe de estrategia de renta variable de BlackRock, destaca que la demanda de los mercados emergentes beneficiará a los fondos de EEUU que invierten en empresas de materias primas.

Hay más posibilidades. Jonathan Armitrage apuesta, además, por el sector financiero. Cree que es interesante porque las valoraciones son atractivas y el mercado acepta ya que los beneficios no serán como los de la última década.

Y entre los sectores que generan algunas dudas, Aled Smith, gestor de M&G American Fund, destaca que ha reducido la exposición a la industria del consumo discrecional, fundamentalmente en empresas con márgenes bajo presión por el aumento de los costes y sin capacidad para trasladarlos en un contexto todavía de economía frágil.

Otros expertos, como Enrique Borrajeros, asociado de EFPA España, aconsejan a los ahorradores optar por un fondo gestionado de forma activa por buenos profesionales en acciones en lugar de elegir un producto en función de un sector concreto.

En lo que sí coinciden todos es en la preferencia por fondos que invierten en acciones de elevada capitalización. En 2010 fueron los valores pequeños y medianos los triunfadores pero, según explica Javier Tejada, de Barclays Wealth, “aun siendo atractivos han perdido momentum respecto a las grandes compañías”.

Hay un argumento común para preferir los grandes valores: el precio. Vanessa Garrido destaca que el S&P 500 está cotizando con un descuento del 33% frente al Russell 2000 en beneficio por acción, y están en mínimos de los últimos 20 años en relación a su valor en libros.

Este panorama no está exento de amenazas. Una de ellas, y que preocupa especialmente a los inversores después de la advertencia lanzada a finales del mes pasado por S&P, es su déficit presupuestario.

Hay, además, otros peligros para estos fondos que invierten en el mercado estadounidense, como un repunte de la inflación que se traduzca en un alza de los tipos, una relajación del programa de compra de bonos (quantitative easing) que debilite el dólar o que los beneficios empresariales no estén a la altura de lo que espera el mercado.

Robert Parker cree que en el tercer trimestre se podría ver una corrección en el mercado antes de que el rally se reanude de cara a 2012.