Raiffeisen: tensa espera en Tailandia

Aproximadamente 15 meses después de los graves y violentos enfrentamientos producidos en Bangkok entre los partidarios de las dos grandes facciones políticas, los inversionistas internacionales han adoptado una actitud de tensa espera ante las elecciones parlamentarias tailandesas el 3 de julio, según apuntan desde Raiffeisen.

 

Mientras que hasta hace unas pocas semanas el éxito electoral del Partido Democrático, que dirige el actual Gobierno de transición, no parecía correr peligro, en estos momentos nos encontramos ante una enconada campaña electoral de resultado totalmente incierto. “La mayor inseguridad acerca de la ulterior evolución política que ello implica se ha hecho sentir claramente en la bolsa de Bangkok: el índice SET ha caído aproximadamente un 9% desde el máximo marcado en abril”, comenta desde Viena Mark Monson, gestor senior de fondos y miembro del equipo de Renta Variable de Mercados Emergentes de Raiffeisen Capital Management. Ese factor posee, en efecto, una importancia nada desdeñable, por más que parte de tal retroceso sea atribuible a la preocupación existente por la situación económica global. 

 

Las últimas estadísticas realizadas en Tailandia prevén ahora, incluso, una clara victoria electoral de los “camisas rojas”, es decir, de los partidarios del anterior primer ministro, Thaksin Shinawatra. Sus seguidores han nombrado a mediados de mayo como su principal candidata a la hermana menor de Shinawatra, con lo cual han logrado una movilización de su potencial electorado tan enorme como sorprendente. Thaksin mismo no se presenta, dado que ha huido al extranjero y ha sido condenado en rebeldía por corrupción y abuso de cargo público. No obstante, si su partido obtuviese un claro triunfo en las urnas, podría volver muy rápidamente al poder.

 

“Dado que su figura polariza  y divide gravemente al país, no pocos inversionistas temen que en ese caso se reproduzcan los graves enfrentamientos. A otros, en cambio, lo que más les preocupa es que un resultado electoral muy ajustado podría llevar a un Gobierno débil y, en consecuencia, a un crecimiento de poca magnitud y a que persistiese la actitud reticente de los inversionistas nacionales y extranjeros”, dice el experto de la gestora austriaca. 

 

Tanto el Partido Democrático, actualmente gobernante, como la oposición cuentan con oportunidades de victoria, y es grande la probabilidad de que ninguno de ellos alcance una clara mayoría. Existe la posibilidad de que el partido de Thaksin, el Pheu Thai, sea el que más escaños obtenga, pero sin estar en condiciones de formar Gobierno al no encontrar otros partidos dispuestos a aliarse con él. En ese caso sería probable un Gobierno de coalición, más bien débil, encabezado por el Partido Democrático.

 

Para Mark Monson, “las repercusiones sobre la economía tailandesa nos parecen relativamente poco significativas, siempre y cuando no se llegue a nuevos enfrentamientos violentos. A nuestro modo de ver, la probabilidad de que éstos se repitan es baja: la gran mayoría de la población no tiene interés alguno en que vuelva la violencia, por lo que cabe esperar que acepte el nuevo Gobierno salido de las urnas”. A ello se añade que en el pasado los dos grandes partidos han desarrollado una política muy favorable a la economía y orientada al desarrollo, y no es de suponer que en el futuro vayan a cambiar de actitud. “Más importante resultará la evolución de la economía mundial, sobre todo en los mercados de exportación de Tailandia. Si se mantiene a escala global la tendencia  a un crecimiento moderado, podemos esperar nuevos y considerables avances del PIB tailandés y de los beneficios de las empresas”: tal es el convencimiento del mencionado experto en Tailandia.     

 

A diferencia de lo que sucede con los flujos de capital hacia el mercado de renta variable, las inversiones directas extranjeras no han mostrado por el momento contracción alguna. Muy al contrario: el terremoto de Japón parece haber motivado aún más a las empresas de ese país a trasladar parte de su producción a Tailandia, dando continuidad así a una tendencia observable desde hace ya muchos años.  

 

Más matizado es el juicio que merecen los efectos de las elecciones sobre el comportamiento de la renta variable. Dependiendo de cuál sea el resultado electoral y la subsiguiente asignación de prioridades en la política económica, podrían modificarse las perspectivas de algunas empresas y sectores. En lo que respecta al mercado en su conjunto, desde que en 2004 comenzara a aumentar la inestabilidad política, la valoración relativa de las acciones tailandesas ha venido reduciéndose en comparación con la media asiática.