Radiografía del inversor español: el optimismo y la impaciencia se imponen a la hora de invertir

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TRIBUNA de Carla Bergareche, directora general para España y Portugal, Schroders. Comentario patrocinado por Schroders.

El mundo de la inversión tampoco se ha librado de la incertidumbre que ha generado el COVID-19 a nivel mundial. La pandemia y los confinamientos para controlar su expansión han abocado al mundo a la peor recesión desde la Gran Depresión de los años 30.

Pese a este escenario, los inversores españoles siguen esperando alcanzar una rentabilidad anual de dos dígitos con sus carteras. Así lo recoge el Estudio Global de Inversión de Schroders, en el que han participado más de 23.000 inversores de 32 lugares en todo el mundo. AdvertisementEn concreto, los inversores en España esperan obtener un 10% de rentabilidad media anual durante los próximos cinco años; unas expectativas de rentabilidad a priori demasiado optimistas y superiores al 9% registrado en el estudio realizado en 2019. Este optimismo contrasta con el hecho de que la gran mayoría de los encuestados (67%) piensa que el impacto de la crisis económica durará entre seis meses y dos años, unos cálculos que no concuerdan con las previsiones de organismos oficiales de muchos países, que vaticinan que las secuelas se prolongarán aún más en el tiempo.

Quizás en busca de esa rentabilidad o como respuesta al miedo provocado por los volátiles movimientos del mercado, los inversores españoles hicieron cambios en sus posiciones conforme se fue desarrollando la crisis. Un 18% de ellos afirmó haber rotado parte de su cartera hacia inversiones de mayor riesgo. Sin embargo, el 22% hizo lo contrario, optando por aumentar parte de sus posiciones hacia activos menos arriesgados y un 13% que liquidó parte de su cartera.

El instinto nos dice que nos cubramos después de una gran conmoción; por eso, no sorprende que algunos inversores vendieran debido a la irrupción del COVID-19. Pero llama la atención que haya un grupo tan numeroso de personas que hiciera lo contrario y aumentase su asignación al riesgo. Esto pone de manifiesto la importancia del asesoramiento a la hora de definir nuestros objetivos de inversión y entender qué podemos esperar. Pero, ¿para qué y a dónde acuden los inversores españoles a la hora de solicitar ayuda con sus finanzas? Según nuestro estudio, la mayoría de encuestados españoles (52%) continúa teniendo al banco como referente para solicitar servicios de asesoramiento financiero, frente al 36% que acude a un asesor financiero independiente. Además, el primer acontecimiento vital que invita a los encuestados españoles a solicitar asesoramiento financiero es la recepción de herencias. De hecho, un 43% de los españoles lo hace frente al 33% de la media global. Este comportamiento es más notorio entre los mileniales españoles (50%). Para los baby boomers, el momento clave para solicitar asesoramiento es cuando se acercan a la jubilación (45%). Además, desde que empezó la pandemia, los inversores muestran una mayor inquietud con sus inversiones, con un 53% admitiendo preocuparse asiduamente por ellas, frente al 37% antes de la crisis.

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Por ello, un año más, este estudio supone un instrumento único para entender las expectativas de los inversores y es curioso descubrir que, a pesar de las dramáticas consecuencias del COVID-19 sobre nuestro trabajo y nuestra vida, los inversores siguen confiando en poder obtener alta rentabilidad con sus inversiones. Esto contrasta con la poca inclinación a mantener la cartera a largo plazo en tiempos revueltos, una situación con la que tendrán que seguir lidiando los inversores, pues creemos que aparecerán más fuerzas disruptivas en los mercados y que, en general, será más difícil conseguir rentabilidad si no somos pacientes.