¿Quiere invertir en crédito corporativo? Piense en nombres con beta alta

Ricardo
Foto cedida

Frente a quienes consideran que el crédito corporativo con grado de inversión  ha perdido buena parte de su atractivo, existen bastantes evidencias que respaldan lo contrario. De hecho, se trata de una clase de activos que actualmente atraviesa un momento dulce gracias a la continuada estrategia de forward guidance puesta en práctica tanto por el BCE como la Reserva Federal, así como por las presiones desinflacionistas que se han desarrollado en la zona euro.  A la luz de estas tendencias,  todo apunta a que los bancos centrales, sobre todo el BCE,  mantendrán  los tipos de interés y los rendimientos en niveles bajos, ante el temor de interrumpir el proceso de normalización que está teniendo lugar en Europa, en particular en la periferia del continente. 

En efecto, si las presiones desinflacionistas continuasen, aumentaría la probabilidad de que el BCE anunciase una nueva ronda de medidas de política monetaria no convencional, ya en la segunda mitad del año. Dado que las emisiones corporativas se mantienen en un nivel moderado, las repercusiones de este escenario deberían ser positivas para los bonos corporativos, en particular para las emisiones y los sectores de mayor beta y de más alto rendimiento. Con respecto a las actuales turbulencias que está atravesando Ucrania, el crédito ha demostrado ser bastante resistente a la luz de las preocupaciones sobre Argentina y China y esperamos que siga siéndolo.

Por su parte,  en relación a la oferta y demanda de bonos corporativos en la zona euro, la situación técnica del mercado de bonos europeos con grado de inversión es bastante sólida desde comienzos de año.  Las emisiones de compañías industriales se sitúan en 33.000 millones de euros frente a vencimientos de 43.000 millones de euros.  Respecto a la oferta de deuda senior de compañías financieras, hemos tenido el comienzo de año más tranquilo en tiempo, con emisiones que simplemente alcanzaron los 34.000 millones de euros, mientras que los vencimientos fueron más del doble situándose en 73.000 millones de euros.

En el apartado de las operaciones subordinadas, las nuevas emisiones ascendieron a cerca de 7.000 millones frente a sólo mil millones de vencimientos.  Además, es poco probable que esta oferta neta negativa haya satisfecho la creciente demanda que el  mercado euro con grado de inversión está viviendo en este momento. El resultado de todo ello es que los diferenciales podrían estrecharse a un ritmo más rápido, una vez que esta última ola de volatilidad de los mercados emergentes disminuya.

A la luz de todo lo anterior, creemos que los nombres con mayor beta constituyen la oportunidad más interesante para los inversores que quieran entrar en esta clase de activos, en un momento en el que las economías son cada vez más estables y sobre todo si el BCE intensifica la provisión de liquidez.