Qué seduce y qué no a los inversores españoles de la inversión sostenible

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Debby Hudson en Unsplash

Casi uno de cada dos ahorradores españoles se ha animado a invertir bajo criterios de sostenibilidad, según el último Estudio Global de Inversión 2020 de Schroders. El 45% de los encuestados se vio animado a invertir de manera sostenible, lo que supone un aumento del 7% frente a los resultados de 2018 (38%).

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Y hay dos cosas que seducen al inversor español: su mayor impacto medioambiental, pero también su rentabilidad. Y es que un 34% ve probable que este tipo de fondos ofrezcan rentabilidades más altas.

Otro dato positivo en España es que el 76% de los españoles no invertiría en contra de sus principios. Para aquellos que sí lo harían, la rentabilidad media de su inversión tendría que ser del 20% para compensar adecuadamente cualquier sentimiento de culpa. Curiosamente, detecta el estudio, por nivel de conocimientos, casi un tercio (32%) de los españoles que se describen a sí mismos como expertos en temas de inversión son significativamente más propensos a cambiar sus creencias personales por una mayor rentabilidad, en comparación con el 15% de aquellos encuestados con conocimientos básicos en inversión.

Pero los españoles también demandan una muestra de confianza. Más de la mitad cree que la falta de visibilidad de las credenciales de sostenibilidad perjudicaría su confianza en un proveedor de productos de inversión. ¿Qué necesitarían para confiar? Un tercio opina que la declaración del proveedor del producto mientras que otro tercio pide una etiqueta social de terceros.

¿Y qué piden de sus inversiones? Según el estudio de la gestora, los españoles priorizan el compromiso social de las compañías, la atención a las cuestiones medioambientales y el trato correcto y profesional a los empleados. Además, también consideran que estos son los comportamientos que tienen un mayor impacto positivo en la rentabilidad de una empresa.

Hay también consenso en que la opción preferida entre los españoles es la ISR a través de la desinversión. El 40% de los encuestados españoles cree que los gestores deberían deshacer sus posiciones en empresas pertenecientes a la industria de combustibles fósiles para limitar su crecimiento. En cambio, un 30% cree que deberían mantener la inversión para impulsar su transformación. No obstante, sólo el 18% considera factible retirar las inversiones de estas empresas por razones morales.

"Es muy positivo comprobar que la mayoría de los inversores ya son conscientes de que invertir de forma sostenible no significa sacrificar la rentabilidad. La conciliación de los dos objetivos (contribuir a un mundo más sostenible y obtener rentabilidad) es posible y deseable”, concluye Carla Bergareche, directora general de Schroders para España y Portugal.