¿Qué rentabilidad va a ofrecer la bolsa americana en los próximos 3 y 5 años? Fidelity se moja y da una cifra

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F-l-e-x, Flickr, Creative Commons

En su trabajo como responsable del área de diseño de soluciones de inversión en Fidelity, David Buckle pasa bastante tiempo con los inversores y con sus compañeros del área de gestión de activos. Uno de los aspectos que actualmente le resulta interesante comprobar es el marcado contraste entre las mentalidades de unos y otros. La mayoría de los inversores con los que habla son bastante complacientes en relación con las bolsas. Son conscientes de las elevadas valoraciones, sobre todo en Estados Unidos, pero en general están satisfechos manteniendo esta exposición. Suelen decir: “me preocupa un poco la situación de las bolsas, pero ¿dónde sino voy a meter el dinero?”, o bien: “realmente no he regresado del todo a los mercados desde la crisis. Me preocupa perderme las posibles subidas”.

Por el contrario, en las diversas reuniones de estrategia de inversión a las que asiste, Buckle detecta una creciente preocupación en relación con los mercados, tanto de deuda corporativa como de acciones. No es que el experto esté viendo que todo el mundo piense en un desplome inminente de los precios, sino que se trata más bien de una sensación general de incomodidad por estar largo en el mercado. Entonces, ¿quién tiene razón? ¿Cuándo va a acabarse el mercado alcista? Buckle cree que la respuesta se halla en el comportamiento del inversor final. “El hecho de que no exista un refugio claro para los inversores y la necesidad constante de rentas y crecimiento provocarán que se mantengan las inversiones. Eso significa que el entorno positivo en las bolsas podría continuar”, afirma.

Buckle no espera que las bolsas vayan a registrar en el futuro ganancias tan elevadas como las que se han conseguido desde la crisis financiera porque las acciones están caras. Sí que augura que los PER caerán desde los elevados niveles actuales durante los próximos años, pero durante ese mismo periodo las previsiones globales de los analistas de renta variable de Fidelity apuntan a una mejoría de los márgenes. “Estos dos factores —descenso de las valoraciones y aumento de los márgenes— se combinarán para alimentar las alzas de las bolsas antes de que se estabilicen dentro de unos años. Si añadimos los dividendos a la mezcla, mi previsión sobre las rentabilidades bursátiles es positiva. Según mis cálculos, la renta variable estadounidense registrará una rentabilidad anualizada del 6,5% durante los próximos tres años, y del 4,75% durante los próximos cinco”.

El responsable del área de diseño de soluciones de inversión en Fidelity reconoce que los mercados están en una situación precaria. “Mi miedo es que un pequeño retroceso de los mercados pueda provocar una estampida, pero uno no puede posicionar una cartera de inversión atendiendo únicamente a sus miedos; también hay que tener en cuenta las expectativas. Y dado que no existen refugios obvios, mis conversaciones con los inversores me llevan a pensar que el dinero seguirá fluyendo hacia la renta variable. La forma de afrontar mi miedo es asegurarme de que mi cartera está equilibrada. Por ese motivo, no soy partidario de reducir la duración en renta fija. Mantener la duración probablemente ayude si las bolsas sufren una sacudida”.

En lo que respecta a la duración, y contrariamente a la creencia popular, Buckle considera que los mercados de deuda de Estados Unidos y Asia cotizan en niveles adecuados. “Suponiendo que la Fed suba los tipos dos veces más antes de tomarse un respiro, el tipo de interés se moverá durante algún tiempo en el 1,5%. Así pues, si el rendimiento de los bonos se mueve entre un 0,75% y un 1% por encima de ese nivel (es decir, un rendimiento total del 2,75-3%), me parece razonable. Como siempre, un gestor de fondos tiene mucho que aprender escuchando a sus clientes y, en estos momentos, creo que tienen mucho que decir”, sentencia.