¿Qué puede aprender España del sandbox financiero en Reino Unido?

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En febrero, el Consejo de Ministros aprobó el proyecto de Ley para la creación de un sandbox, o espacio controlado de pruebas, para acompañar la transformación digital del sistema financiero. Algo con lo que ya cuentan otros países como Reino Unido, Holanda o Suiza, que tienen sistemas similares para garantizar que el proceso innovador en el ámbito financiero se desarrolla de forma eficaz y segura para los usuarios.

En ese sentido, Daniel Meere, director de la oficina de Londres de Axis Corporate, aconseja mirar el caso de Reino Unido para valorar cuál podría ser el proceso en España y aprender de los errores que allí se han cometido.

“Pasar por el sandbox refuerza a muchas fintech porque les falta la experiencia de mercado y el acceso a los datos para probar su oferta. Para muchas, es un paso previo para conseguir su licencia bancaria, cuyo proceso es muy largo en Reino Unido”, cuenta el experto.

En su opinión, esta medida también refuerza la reputación del gobierno y el regulador. “Es un punto positivo para ellos porque quieren atraer la inversión externa. Casi siempre nombran el sandbox como una palanca positiva en Reino Unido y ahora vemos que muchas empresas extranjeras quieren utilizar el país como un mercado de prueba”, asegura Meere.

Y si bien es cierto que las empresas pequeñas se verían más recompensadas al acceder a esta medida, los grandes bancos serán los primeros en desarrollar y testar estas ideas con sus clientes.

Advertencias

Ahora bien, sus beneficios y ventajas dependerán del buen uso de los actores financieros. Según su experiencia en el mercado anglosajón, para que funcione también es importante que la normativa esté alineada con las necesidades del mercado: “Al principio, en Reino Unido no ayudaba a los bancos a conocer a los consumidores, ni a los consumidores a acceder mejor a los bancos”, advierte el experto.

En este marco, bancos y fintech podrán probar productos y servicios innovadores bajo un marco normativo más flexible, pero con el estrecho control del supervisor. En opinión del experto, lejos de suponer un riesgo en esta relación, el sandbox  “traerá una mayor colaboración entre bancos y fintechs, que preferirán interactuar con ellas a comprarlas”, sostiene.

En Reino Unido, esta medida lleva ya cinco años y, en opinión de Meere, España no llegará a su punto de madurez hasta 2022. “Veo factible que el proceso siga las características que hemos visto en Reino Unido”, asegura el experto, y advierte: “Sin una promoción adecuada, los beneficios pueden pasar desapercibidos durante los dos o tres primeros años, tal y como pasó aquí”.

Con respecto a su puesta en marcha, en el país anglosajón en un principio apenas se apuntaron una decena de empresas, pero el éxito de esa medida ha puesto en lista de espera de aproximadamente cuatro meses a muchas fintech, “un periodo muy largo para una startup”, remata Meere.