¿Qué pasará con la deuda de alta rentabilidad en 2011?

En 2010 los fondos de high yield ofrecieron interesantes rentabilidades, al tiempo que el riesgo de invertir en estos activos se reducía. Según publica Expansión, esta dos tendencias continuarán en 2011.

En 2010 los fondos de high yield ofrecieron interesantes rentabilidades, al tiempo que el riesgo de invertir en estos activos se reducía. Esta dos tendencias continuarán en 2011.

Los últimos años han sido de los fondos de bonos. Primero fue el torno de los que invertían en deuda pública; después de los bonos corporativos de alta calidad; luego de los emergentes, y ahora muchos creen que llega el turno de los fondos de high yield. Pero los productos de emisiones de renta fija de alta rentabilidad no lo han tenido fácil. En 2008, tras la quiebra de Lehman Brothers, los fondos que invierten en deuda de alto rendimiento (high yield) se llevaron la peor parte del castigo impuesto a la renta fija corporativa. Dos años después esa penitencia está olvidada. El estrechamiento de los diferenciales (prima de riesgo sobre la deuda pública) ha impulsado a estos activos y a los fondos expuestos a ellos, que ganaron de media en 2010 un 14,8%. Y lo mejor, el riesgo de invertir en este tipo de deuda ha descendido.

De hecho, los fondos high yield van perdiendo su fama de peligrosidad. Gino Nucci, gestor de Pictet US High Yield, asegura que “una de las equivocaciones más comunes es pensar que la deuda de alta rentabilidad es arriesgada”. Este gestor recuerda que muchos emisores “son compañías bien reconocidas, en sectores que requieren un elevado apalancamiento a lo largo de su ciclo de negocio”. El 17% de las empresas del índice estadounidense S&P 500 y un buen número de las incluidas en Fortune 500 emiten deuda de alta rentabilidad. Además, el nivel de impagos se ha reducido del 14,5% en noviembre de 2009 al 3,8%.

Pero los ahorradores no deben olvidar el pasado. Joshua Rank, gestor de Aviva Investors Global High Yield Bond, considera que el peligro principal actual es el de impago y el de la intensidad de las pérdidas. Pero no es el único. Eduardo Antón, analista de fondos de Inversis, recuerda los riesgos tradicionales que debe tener en cuenta un inversor que quiera invertir en estos fondos. Además del riesgo de que la empresa se declare en bancarrota, hay que tener en cuenta el riesgo de liquidez (muy latente tras la crisis financiera mundial) y el de sensibilidad a los tipos de interés, que depende de la duración de la cartera. En este caso, la deuda high yield cuenta con la ventaja de que suele ser menos sensible que otro tipo de deuda porque las duraciones son más cortas, unos tres años.

Según Expansión, esa característica, junto a una tasa de impagos y unos tipos de interés en mínimos, son los factores por los que los expertos esperan grandes cosas en 2011 de estos fondos, aunque no ‘tan grandes’ como en 2010 debido, según explica Eduardo Antón, a que “gran parte del recorrido de los diferenciales está ya hecho” por lo que la mayor parte de la rentabilidad de estos fondos vendrá del rendimiento de los cupones. Pese a todo, los diferenciales son atractivos. Wes Sparks, gestor jefe de bonos de alto rendimiento globales de Schroders, considera que se mantienen en niveles interesantes en relación a su media histórica y a una tasa de impago en descenso, ya que el índice mundial de bonos high yield renta en torno a un 7,7% frente al 1,5% de las letras de EEUU.

En este contexto, ¿cuánto podrá ganar en 2011 un ahorrador que invierta en un fondo high yield? Eduardo Antón señala que “el cupón medio de las carteras está en alrededor del 8% y la aportación a la rentabilidad por reducción del diferencial es del 2%; en una cartera diversificada se puede restar un 1% por pérdidas de impago, por lo que un buen gestor de podría obtener rentabilidades de en torno al 9% en situaciones normales de mercado”.

¿Situaciones normales? Hace tiempo que los mercados viven de susto en susto. Stefan Isaacs, gestor de M&G European High Yield Fund, se muestra preocupado por la crisis de la deuda de los países europeos perífericos. Ante la duda, este gestor afirma que tiende a invertir “en bonos de emisores de economías ‘core’ como Reino Unido, EEUU y Alemania”. Y dentro de ellas, en compañías industriales con operaciones multinacionales.

Los sectores preferidos de Joshua Rank, de Aviva, son energía, salud y telecomunicaciones. A Gino Nucci también le gustan las empresas relacionadas con materias primas y los fabricantes de aeronaves. No obstante, Eduardo Antón recomienda a un inversor tradicional tomar posiciones en fondos high yield a través de productos que ofrezcan acceso a una cartera diversificada a nivel global desde el punto de vista sectorial y geográfico. A este experto le gusta el Goldman Sachs Global High Yield, que invierte el 79% en EEUU y un 10% en Europa.