Qué implica que EE.UU. se retire del Acuerdo del Clima de París

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TRIBUNA de Jens Peers, director mundial de inversiones, renta variable, renta fija, Mirova (gestora afiliada a Natixis Global AM. Comentario patrocinado por Natixis Global AM.

El presidente Trump ha decidido retirar a EE.UU. del Acuerdo del Clima de París de 2015. Aunque lamentamos la decisión, puesto que nos preocupa el futuro del planeta, también nos gustaría señalar que esta decisión es económicamente peligrosa para ese país que el presidente Trump quiere hacer grande otra vez. También creemos que las consecuencias de esta decisión serán fundamentalmente psicológicas, ya que el efecto combinado derivado de la mejora de las tecnologías y las realidades económicas en el ámbito de la generación eléctrica y la eficiencia energética, las normativas de los estados y las reacciones de las personas y las empresas reducirá el posible impacto negativo. Además, los términos del acuerdo actual solo permiten retirarse una vez transcurridos cuatro años desde la ratificación, lo que para EE.UU. significa noviembre de 2020, normalmente el mes en el que se celebrarían las próximas elecciones presidenciales. Así pues, o bien se renegocian los términos o bien el acuerdo será un importante tema de debate durante la próxima campaña presidencial.

Creemos que la retirada del Acuerdo de París tendrá importantes consecuencias políticas a escala internacional, ya que EE.UU. se unirá a un reducido número de países que no han firmado el acuerdo, concretamente Siria y Nicaragua. Después de firmar y, unos meses después, retirarse, EE.UU. podría pasar a ser un socio poco fiable en futuras negociaciones internacionales, tanto relacionadas con el clima como de otro tipo. También creemos que, con esta decisión, el presidente Trump está tratando de posponer lo inevitable. Crear un entorno que casi anima a las empresas a no adaptarse a las necesidades futuras probablemente desemboque en un desastre económico. A los inversores no les gusta la incertidumbre, como tampoco les gusta a las empresas a la hora de tomar decisiones de inversión a largo plazo. Es en este contexto en el que hay que enfocar las recientes iniciativas de presión del sector empresarial estadounidense sobre el presidente para que no se retirara al Acuerdo del Clima.

Resulta difícil predecir cómo reaccionarán las bolsas, aunque creemos que la reacción será tímida. Inmediatamente después de la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales estadounidenses, las empresas de combustibles fósiles subieron, mientras que las fuentes de generación de energía más sostenibles se situaron a la cola del mercado. Sin embargo, en lo que llevamos de año esta tendencia se ha invertido. Las energías renovables son económicamente viables. Los marcos normativos de cada estado también imponen la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. Las empresas y los particulares siguen invirtiendo en energías renovables y en eficiencia energética, ya que eso les otorga mayor independencia energética y acceso a unos precios energéticos relativamente estables. Los bajos precios del gas empujan a las eléctricas a cambiar el carbón por el (menos contaminante) gas para la producción de electricidad. Creemos que eso no va a cambiar ahora que EE.UU. ha decidido retirarse del Acuerdo del Clima.

Como inversores responsables, o incluso simplemente como inversores, creemos firmemente en la transición hacia una economía con menos emisiones de carbono a medida que los consumidores vayan optando por productos energéticamente más eficientes y el coste de las tecnologías renovables siga descendiendo. A primera vista, creemos que esta decisión apenas tendrá repercusión a corto plazo en las cotizaciones bursátiles y, por lo tanto, no vamos a cambiar nuestra estrategia de inversión por ello.