¿Qué implica el crecimiento de la tasa del tesoro en los activos globales? IM Trust responde

Kamil Molendys, Unsplash

La tasa del Tesoro estadounidense se ha mantenido en niveles en torno al 2,45% y al 2,8% desde febrero a pesar de la normalización de la política monetaria y la expectativa al alza de casi la totalidad del mercado, explican en IM Trust. Los analistas de la corredora y administradora chilena, filial de Credicorp Capital, estudian este escenario. “Incluso tomando en cuenta la debilidad que mostró la actividad económica durante el primer trimestre, estos niveles están muy por debajo de lo que sugerirían las expectativas de crecimiento nominal para Estados Unidos, lo que generalmente es una buena proxy del nivel de la tasa del tesoro y debiera señalar niveles bastante más altos actualmente”.

El escenario base de IM Trust tiene como exagerado el castigo que estarían incorporando las tasas de los tesoros sobre los fundamentos de la economía estadounidense. Aun así, “vale la pena analizar la evolución que tendrían los activos globales si el crecimiento económico fuera el que está en los tesoros. Una tasa en 2,6% es consistente con el rango más bajo de las proyecciones del mercado, un crecimiento real promedio para los próximos tres años de 1,3% y una inflación de 1,2%”.

En un ejercicio de suposición de que este escenario sea equivalente a la parte baja de los precios objetivos de los analistas financieros y que el desempeño bursátil sea equivalente promedio mostrado a esos niveles de crecimiento e inflación, explican en la administradora de fondos y corredora, “podríamos esperar un desempeño en torno a 2,3% en la renta variable global y de 3,2% en la renta fija”.

No es un escenario catastrófico, “se podría argumentar que los bajos niveles de tasas darían soporte a la renta variable producto de que estarían asociados con un mayor estímulo monetario”. Sin embargo, agregan que históricamente “a estos niveles el efecto de la desaceleración en el crecimiento es bastante más poderoso que el de disminución en el costo del financiamiento. Por otro lado, una mayor desaceleración sería un indicativo de que nos encontramos en la parte baja del ciclo”.

El escenario al que aludían los economistas de IM Trust contempla una mayor recuperación de la primera economía mundial y como consecuencia una “mayor normalización de la política monetaria”. En este sentido destacan que pese al débil desempeño mostrado durante el primer trimestre de 2014 los indicadores líderes “muestran señales de recuperación, e incluso la inflación ha ganado algo más de terreno”.

Con estos ingredientes, en la filial del grupo peruano esperan que “la tasa del tesoro converja a niveles más consistentes con una economía de recuperación”. Esto se traduce en que el bono a 10 años oscile entre 3,00 y 3,15 durante los próximos 12 meses, lo que conllevaría “una pérdida de capital para los tesoros”. Además, destacan que “los riesgos parecieran asimétricos, una economía más débil podría no ser catastrófica para la renta variable, pero una más fuerte si limita mucho el atractivo de la renta fija”.