Qué gran caída fue aquella…

Nuevo post del blog de María Folqué y Montserrat Formoso de Funds People.

Amigos, el euro no es lo único que cae. No. Si fuéramos aparatchiks venezolanos diríamos que la moneda única forma parte de la conspiración saudiamericana a la que se han unido además los precios del cobre y el Banco Nacional de Suiza. Cómo desarticular y desmembrar una cosa tan heterogénea ya sería harina de otro costal, pero ahí se lo dejamos como idea, por si se les dan bien los crucigramas, como a Alan Turing. Nos consuela pensar que de tener que dejar algún día las cosas financieras, podríamos hacernos un hueco en la propaganda criptográfica de cualquier gobierno trasgresor de medio pelo.

Dicho esto, hablemos del cobre, que lo tenemos un poco olvidado. El año pasado se dejó un 18% y en lo que vamos de este ya lleva un 10%. Y hay nervios, y no sólo de los chilenos. Los nervios son porque el cobre es algo así como el metal que representa la actividad económica mundial y si cae su precio, se teme por el crecimiento. La pregunta peliaguda es ¿caen cobre y petróleo por exceso de oferta y hasta que se corrija no hay nada que hacer o también es que la demanda está flojeando? Ah, esa es la cuestión. Ya sea por una cosa o por otra, en opinión de The Economist ha llegado el momento de que aprovechando la coyuntura, los gobiernos del mundo se replanteen sus políticas energéticas y dejen de dar subvenciones así a lo loco. Y es que calculan que cada año se van 550.000 millones de dólares en subsidios al consumo o la producción de combustibles fósiles. Aunque lo más sorprendente es que The Economist sugiera que debe haber subidas de impuestos, por ejemplo en EE.UU. OMG,LOL, mamma mia, etc etc...Nos hemos quedado turulatas.

Y en las idas y venidas de dinero de unas partes del mundo a otra, el Banco Nacional de Suiza (SNB) ha dejado su papel de secundario reapareciendo en escena para poner fin a la fijación de un suelo en la cotización del franco frente al euro. Señalan desde Suiza que el contexto de aversión al riesgo e inestabilidad cambiaria ya no es el mismo que en 2011, lo que hace innecesario mantener dicha medida.

Pero una cosa es la versión oficial y otra es lo que siendo aguilillas vemos detrás: pues que no sale a cuenta tener tu moneda ligada a otra que cae continuamente. Si el BCE se embarca en un QE será muy caro para el banco de suiza mantener el tipo de cambio, pero también desestabilizador puesto que el balance del SNB ya representa el 80% del PIB suizo (superando incluso a Japón).

Un movimiento deflacionista tras tres años de IPC en negativo que el SNB contrarresta animando el dinero a funcionar (y/o salir del país) al castigar los depósitos con un tipo de interés más negativo: del -0,25% al -0,75%, medida que entrará en vigor el 22 de enero, día en el que casualmente se reúne el BCE.

Una de las críticas a la actuación del SNB llega con Krugman  a quien acusa en The New York Times de tirar la toalla en esa suerte de matrimonio con el euro, pesando no sólo en su credibilidad sino también en la de otros bancos centrales. La credibilidad, ya saben, como elemento que compensa cualquier disfuncionalidad del trazado IS/LM.

Nosotras extenderíamos las críticas al encarecimiento de las trufas de chocolate, no hay derecho, sobre todo después de pronosticar escasez de cacao en el 2020. Exxon, Shell y compañía, ahí hay negocio.

En fin, que el QE se acerca, ¡qué nervios!. Y todo muy legal, vaya por delante. Así lo ha sentenciado el Tribunal de Justicia de la UE esta semana, reforzando el mensaje de “independencia del BCE en el diseño e implementación de la política monetaria”. Impone, eso sí, una serie de principios al BCE para que no se exceda de su mandato: transparencia en sus acciones (los mercados también), salirse de los programas de rescate de aquellos países cuya deuda piensa comprar (conflictos de interés, se dice), y cumplir con el principio de proporcionalidad y no alterar los precios de mercado de los activos a comprar (…). En esto último puede que lleguen tarde.

Puerta abierta para el BCE y su sopa de letras. Superados los obstáculos legales queda ver qué pasa con los políticos y si lo que anuncie el próximo jueves habrá algún mensaje subliminal de cara a las elecciones en Grecia que se celebrarán tres días después.

Buena semana