Qué esperan las gestoras de los bancos centrales

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Con la que está cayendo, los mercados están pidiendo que salga al escenario a actuar la única estrella capaz de salvar la función: los bancos centrales. “La situación ha cambiado dramáticamente y unos datos de actividad económica que sean positivos ya no son una garantía de que la economía se mantendrá robusta, los datos asociados a los periodos pre-epidémicos ya no tienen valor . La cuestión no es ya si la Reserva Federal bajará 50 puntos básicos los tipos, sino si esperará a la próxima reunión, programada para el 17 y 18 de marzo”, sentencia Philippe Waechter, jefe de investigación económica de Ostrum AM (Natixis IM).

La Reserva Federal sorprendió la semana pasada con un recorte de tipos de emergencia de 50 puntos básicos. Un corte tan profundo y fuera de calendario es una medida de urgencia. Tanto, que su sorpresa sentó mal y desató de nuevos las caídas. Este lunes la Fed volvió a tender su mano a los mercados al anunciar que subía la cuantía de la inyección de liquidez.

De momento este jueves salen a confesarse ante los inversores el Banco Central Europeo, que también se planta ante los micrófonos con las expectativas por las nubes. ““Ahora el foco está puesto en el BCE, de la que no espero que haga cambios en los tipos de interés. De hecho, la labor principal no va a ser impulsar la actividad económica, sino limitar el riesgo de bancarrotas. El BCE podría hacer eso incrementando la compra de bonos corporativos y añadiendo nuevos elementos a las subastas de liquidez condicionadas (TLTRO), con el objetivo de añadir más liquidez si fuera necesario”, resume Waechter.

Es la primera gran prueba de Christine Lagarde y no hay margen para que falle. “Se ha acabado la luna de miel”, vaticina desde PIMCO Konstantin Veit. El gestor espera un paquete de estímulos tanto en crédito como en macro: relajar los criterios para los préstamos TLTROs, o incluso lanzando un nuevo programa adaptado a las necesidades de las empresas, y doblar las compras netas de activos a 40.000 millones de euros al mes los próximos seis meses. Eso significaría también tener que aumentar los límites al porcentaje de activos de un único emisor que pueden comprar. Si ahora están en el 33%, Veit les ve subiéndolo al 50%.

En la lista de mínimos de las gestoras está ampliar el paquete de estímulos. Sebastien Galy, estratega senior de estrategia macroeconómica de Nordea AM, ve un programa QE renovado pero limitado, con un objetivo de facilitación crediticia más grande dirigido a bonos covered y bonos verdes y una facilidad permanente para transmitir el riesgo de liquidez y crédito de compañías más pequeñas. Pero También apunta a medidas agresivas: Un recorte de 10 puntos básicos a la tasa de depósito y un TLTRO con vencimientos largos para los bancos. “Es probable que no haya mucha demanda para que los bancos presten, pero pueden extender el vencimiento de su financiamiento”, explica Galy.

Este último punto es donde quizás hay más debate. No todos los expertos lo ven tan claro. Entre ellos Chris Iggo, director de inversiones de Core Investments de AXA IM. “Aunque los mercados financieros están fijando los precios basándose en una reducción adicional de 10 puntos básicos en la tasa de depósito en la reunión de esta semana suficientes miembros del Consejo de Gobierno no están convencidos de ello”, recalca.

Toda esta batería de medidas es lo mínimo que se espera de los bancos centrales. Y aun con todo, en días como el vivido este lunes, es difícil determinar qué estabilizará el sentimiento del mercado. Aunque esperamos un recorte de otros 50 puntos básicos en la reunión de la Fed del 18 de marzo, debemos ser realistas con lo que los bancos centrales pueden y no pueden hacer, insisten desde AllianceBernstein. Varios expertos, Paul O’Connor, responsable del equipo de multiactivo del Reino Unido de Janus Henderson, entre ellos, ve un campo limitado para políticas monetarias sean milagrosas. “Esperamos se centren en la provisión de liquidez y en mantener el flujo de crédito a través del sistema financiero en lugar de tratar de ofrecer grandes recortes de tasas o nuevos programas de flexibilización cuantitativa. La política fiscal es claramente la solución correcta para las dificultades actuales de la economía mundial, pero el progreso hasta ahora ha sido poco sistemático”, lamenta.