TRIBUNA de Brian Barbetta, Global Industry analyst, y Michael Masdea, responsable de Investment Science, Wellington Management. Comentario patrocinado por Wellington Management.
En la actualidad, es posible que el término innovación se utilice en exceso, pero en el sector de las inversiones creemos que es un concepto fundamental a la hora de acceder a las oportunidades y lograr unos rendimientos superiores a largo plazo. Entonces, ¿cómo deben concebir la innovación los inversores? Más concretamente, ¿cómo pueden intentar sacarle partido?
La innovación es un concepto amplio y polifacético
Las compañías verdaderamente innovadoras toman las riendas de su propio destino al dar forma a un sector nuevo o al cambiar de manera significativa las reglas del juego en un sector ya existente, lo que les permite aumentar sus ingresos y beneficios en mayor medida y a través de diversos entornos económicos. La innovación a menudo es el pilar de procesos novedosos, tecnologías revolucionarias, productos o servicios nuevos, o incluso cambios en los modelos de negocio que permiten que una empresa consiga una gran cuota de mercado. Conviene destacar que, al hablar de innovación, no se habla solo de atención sanitaria y tecnologías de la información, sino que este concepto también engloba una amplia variedad de sectores, creando oportunidades para invertir tanto en empresas innovadoras como en sectores beneficiados por la innovación. Un restaurante de comida rápida que cambia sus procesos y su diseño para adaptarse mejor a las preferencias de los consumidores al cambiar su servicio de reparto es un gran ejemplo de innovación en los modelos de negocio, lo que puede llevar a conseguir una mayor cuota de mercado a través de mayores eficiencias.
La innovación es el origen de cambios exponenciales, por lo que se requiere un pensamiento no lineal
En su forma más pura, ya hablemos de la creación de un nuevo mercado o el desarrollo de un producto revolucionario, la innovación conlleva un cambio no lineal. Por lo general, los avances tecnológicos dan paso a las mayores innovaciones, aunque no siempre es así. Por ejemplo, la posibilidad de disponer de procesadores, memorias y sensores de bajo coste en cualquier lugar ha sentado las bases del futuro de la computación ubicua; actualmente, las personas pueden estar constantemente en contacto, gracias a los servicios en línea a través de asistentes de voz integrados en los dispositivos que nos rodean. Creemos que este tipo de cambio no lineal representa una gran oportunidad, ya que los mercados no son muy eficientes a la hora de valorar cambios de precios drásticos. El mercado es, en muchos aspectos y con demasiada frecuencia, un mecanismo de reversión a la media, aunque el futuro de muchos sectores no prevea muchos cambios respecto a su pasado. Cuando se produce un cambio no lineal, el mercado suele responder generando oportunidades. A veces, esa respuesta es muy optimista, yendo demasiado lejos y cayendo en un ciclo de expectativas. Otras veces, el mercado no percibe este cambio de manera adecuada y es demasiado pesimista, lo que crea oportunidades para que los inversores a largo plazo obtengan rentabilidades por encima de la media de forma estable.
La innovación crea oportunidades de inversión, desde la investigación farmacológica más puntera hasta las cadenas de comida rápida
Nuestro enfoque es ascendente (bottom-up) y se centra en descubrir oportunidades de crecimiento atractivas e innovadoras. Este tipo de oportunidades se encuentran, por lo general, en empresas con productos o servicios únicos que probablemente ayuden a incrementar la cuota de mercado, independientemente del contexto macroeconómico; o en sociedades expuestas a reformas estructurales radicales, como el aprendizaje automático, los vehículos eléctricos, la inmunooncología, la tecnología y el reparto de comida a domicilio. En el caso del sector automovilístico, creemos que estamos en la antesala de un futuro transformador debido al uso cada vez más extendido de vehículos eléctricos y la adopción generalizada de sistemas avanzados de asistencia al conductor. Las preferencias del consumidor y la regulación normativa relativa al cambio climático están fomentando esta transición y probablemente respalden un crecimiento duradero para muchos durante las décadas que están por venir. También es frecuente encontrar oportunidades en el sector del consumo, por ejemplo, en marcas que aprovechan las redes sociales para dar a conocer nuevos productos e incentivar el consumo entre las generaciones más jóvenes. Lo mismo ocurre en el sector de la educación, donde una compañía facilitó el acceso a la educación a través de la distribución en línea y aprovechó la inteligencia artificial para mejorar los resultados. La característica común de estas empresas es que todas son innovadoras.
La inversión en innovación requiere de un enfoque similar al capital privado
Creemos que, a la hora de invertir en innovación, es fundamental contar con una profunda experiencia en el sector y un horizonte temporal a largo plazo. El hecho de contar con una perspectiva a largo plazo permite que nos centremos en los grandes cambios que consideramos que van a fomentar la obtención de rentabilidades sustanciales durante un ciclo. Asimismo, nos permite garantizar una inversión con base en la rentabilidad anual esperada, en lugar de centrarnos en las expectativas a corto plazo y tratar de cumplir con los ciclos temporales. La convicción que avala esta visión a largo plazo es producto del análisis fundamental en profundidad. En última instancia, los inversores que utilizan un enfoque bottom-up, con una amplia y variada experiencia en sectores innovadores, deben ser capaces de gestionar los riesgos a través de decisiones de análisis fundamental y prestando atención a las valoraciones. En un mundo que está experimentando un enorme crecimiento y una profunda transformación, creemos que una interpretación contextualizada y subjetiva de los cambios tecnológicos, científicos y políticos en todos los sectores es una de las claves del éxito cuando se trata de invertir en innovación.
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