¿Qué descuenta el mercado?

Admito que no suelo esperar nada de los G-7. Interesantes encuentros de debate, pero sin resultados prácticos tangibles. De hecho, hace ya mucho tiempo que no se alcanzan acuerdos prácticos en las reuniones internacionales, bien sean G-7, G-10 o G-20. No, no hablo de las cumbres europeas. Aunque se podría extender esta conclusión a las más recientes. Con todo, la crisis mundial internacional, superado su punto más álgido, ha servido para distanciar y no tanto para unir más a los países. Lamentablemente.

Y, sin embargo, creo que la Cumbre del G-7 que comienza hoy puede ser especialmente importante. Me refiero a cómo ha variado su foco de atención desde temas estructurales (comercio, transparencia empresarial, Siria) a los mercados. Simplemente, mercados. Desde la evolución de las divisas, bolsas y hasta la evolución de la deuda (Estados Unidos) con su impacto en el crédito y riesgo soberano. Creo sinceramente que no habrá grandes conclusiones, como en reuniones anteriores. Pero es importante fijar los problemas a superar. Y por primera vez desde hace casi cinco años uno de ellos es el comportamiento de los mercados.

En aquel momento, hablo de 2008/2009, fueron los bancos centrales y los gobiernos trabajando conjuntamente aunque no oficialmente juntos los que permitieron superar la crisis. Ahora, el riesgo es que se pierda el terreno ganado si la marcha atrás de las medidas expansivas va demasiado lejos y demasiado rápido. Sin olvidarnos de las ventajas competitivas derivadas del precio de las divisas en un mundo como el actual donde falta demanda social. Sí, será interesante valorar las conclusiones del encuentro. Pero les adelanto que, si finalmente las hay no serán favorables. Claro, no serán favorables para los mercados. La tensión se retroalimenta.

Pero, tras el G-7 la atención girará hacia el próximo FOMC. Algunas pistas:

1. La economía norteamericana se recupera más rápido de lo esperado (vale, nunca será lo suficientemente rápido para algunos consejeros de la Fed) tras los ajustes fiscales se dan las condiciones para "hablar de poner un techo que no reducir las compras" de deuda. Lamentablemente, los mercados viven de expectativas

2. Voces solventes (Volcker una de ellas) comienzan a cuestionarse las medidas expansivas, su duración e intensidad, en términos de mayores costes a los previstos y menores beneficios a los esperados…

Excesos en los mercados como uno de los costes pese a la tensión de la bolsa norteamericana, que sigue con ganancias de dos dígitos en el año, el dólar se deprecia frente al G-10 y la subida de tipos de la deuda ha sido de 50 puntos básicos (pero es un 35 % más). Como ven, el inicio de la normalización no puede ser más halagüeño para los intereses de Estados Unidos.

No, no espero grandes novedades tras el FOMC. Pero, cualquier indicio o comentario en la reunión servirá para seguir alimentando la especulación en los mercados. Incertidumbre que tendrá un elevado coste en términos de inestabilidad en los mercados. Dicen que en tiempos revueltos no es bueno hacer mudanzas. Pero también dicen que los inversores convierten las pérdidas de corto plazo en inversiones inciertas a medio y largo plazo. Sí, dicen demasiado. Lo mejor es irse el verano con carteras neutrales y poco abiertas al riesgo. Esto es vendedor. Simplemente.

Y tras el FOMC vendrá la Cumbre Europea a final de mes. En este punto ya estoy totalmente perdido: ¿qué descuenta el mercado? Espero que sea poco, porque poco es lo que las autoridades políticas europeas están dispuestas a ofrecer. Y algo de esto probablemente anticipa el BCE, lo que explicaría el mensaje neutral/alcista de su presidente tras la reunión mensual. Pero, ¿qué estará dispuesto a hacer la autoridad monetaria europea si vuelve la tensión en los mercados? Esta pregunta se me repite en la cabeza desde hace diez días, especialmente tras aceptar que el Tribunal Constitucional alemán puede limitar el margen de maniobra del OMT. Ya saben: las crisis ocurren porque no se esperan. Pero, ¿cuál puede ser el detonante de esta crisis no esperada? Sin duda, el crecimiento. Espero que el optimismo que impera entre autoridades y economistas hacia el futuro cercano sea algo más que un deseo. Veremos.

Autor de la imagen: London Commodity Markets, Flickr, Creative Commons