Si hay algo que caracteriza a las gestoras con décadas de historia es que son unas supervivientes. La industria de la gestión de activos ha tenido que enfrentarse en los últimos años a crisis de confianza tan graves como la financiera de 2008, la del euro de 2012, la de China en el verano de 2015… Matthews Asia ha vivido más intensamente aún. Su fundación en 1994 les permitió tres años de respiro antes de la crisis financiera asiática de 1997.
Y es que las gestoras cuyo terreno de expertise están en mercados emergentes deben lidiar tanto con el chaparrón en los mercados como la incertidumbre –y consecuente movimiento de capital- del inversor en fondos. “Los inversores siempre han tratado a Asia como un lugar del que podías estar entrando y saliendo”, define Robert Horrocks, director de inversiones de la gestora. “Nosotros preferimos mirar más allá de la euforia y no dejarnos abatir cuando llega el miedo”, sentencia. Es una máxima que explica bien la manera en la que se plantean la inversión: “Queremos construir carteras que podrías mantener para siempre”.
La gestora ha vivido de primera mano la transformación de su cultura empresarial. Horrocks afirma que la prioridad política ha sido la mejora del nivel social de los trabajadores. Y esas subidas de sueldo explican la erosión de los márgenes de las empresas. Un dolor temporal para lograr una mejora permanente del gobierno corporativo.
Mirar hacia Asia con una lente largoplacista les muestra una región que no solo se erige como una de las máximas potencias mundiales sino con un potencial de crecimiento mayor que el mundo desarrollado. Esa tendencia proteccionista que se expande en Occidente no lo perciben allí. Poder capitalizar el comercio global se suma a sus altas tasas de ahorro: el cóctel perfecto para el consumo.
Y ese potencial del consumidor asiático se tiene que jugar predominantemente a través de compañías locales. Salvo excepciones como el sector del lujo o de la comida, la demanda doméstica se concentra en marcas domésticas. Asia es un mercado boyante pero difícil para la nueva competencia.
El ADN de Matthews Asia
“No estamos de paso por los mercados emergentes. Es nuestro ADN”, sentencia Horrocks. Toda su gama bebe de Asia. Principalmente de la renta variable, aunque recientemente se han abierto a las estrategias en renta fija. Sus fondos tienen en común una aproximación alejada de los índices, con baja rotación y con una mentalidad buy and hold. Son carteras concentradas –“porque si verdaderamente queremos tener algo, lo cumplimos”- construidas de abajo a arriba y con un sesgo hacia la calidad y el crecimiento. De hecho, un precio de cotización de derribo es a lo primero que renunciaría. “Un negocio de alta calidad probablemente está infravalorado”, sentencia.
Insiste en que su prioridad es la gobernanza corporativa. Responder a preguntas como qué incentiva al consejo de administración de una empresa. Por eso en sus carteras tienden a predominar las empresas familiares, compañías donde los intereses de los accionistas están alineados. Eso significará que a veces toca renunciar a los valores más populares del momento. A los que copan los titulares y pueden disparar su valor de una semana para otra. Mientras inversores locales e internacionales se mueven en la bolsa asiática con una mirada cortoplacista, el equipo gestor prefiere optar por la paciencia.
El experto estuvo de visita por España el lunes después de que China y Estados Unidos anunciasen en el G-20 un avance en su guerra comercial. Así que reconoce que los inversores españoles estaban receptivos ese día. Pero el compromiso de la gestora con España se remonta a 2012, cuando la gestora estadounidense registró en la CNMV su sicav luxemburguesa Matthews Asia Funds. Como repasábamos en un reciente artículo, tienen en su gama joyas que los selectores españoles aún no han descubierto. El Matthews Asia Funds Pacific Tiger cuenta con el Sello Funds People 2019 por su calificación de Consistente.
