¿Qué cambios normativos proponen las EAFI para mejorar su actividad?

Aunque muchos alaban la labor de la CNMV, las EAFI proponen cambios normativos que aseguren la independencia de la figura (como carecer de relación con empresas que gestionen o comercialicen fondos de inversión y contar con una arquitectura abierta), que ayuden y faciliten su implantación y desarrollo (como los cambios fiscales que conviertan al servicio en un gasto deducible o exento de IVA, o la reducción de requisitos formales y administrativos), que aseguren su honorabilidad y un crecimiento sano (como la creación de un cuerpo de inspectores que velen por el cumplimiento de la normativa y persigan a las entidades no reguladas) o incluso que faciliten su operativa (que permitan transmitir órdenes o la inclusión de la figura del prescriptor).

Félix González, socio director general de Capitalia Familiar considera que el regulador está haciendo muy bien su trabajo y que “es muy pronto para plantear cambios”, unos cambios que John Siska no cree que lleguen a producirse. Se muestra de acuerdo Víctor Alvargonzález, consejero delegado de Profim: “La ley está bien hecha y la CNMV está haciendo un trabajo excelente”, afirma, convencido de que a quien toca mover ficha es a las empresas, “luchar por sí mismas y no llorarle a papá Estado”. De todos modos, visto el desarrollo inicial de la actividad, considera que al sector le vendría bien la exigencia a las EAFI de “no tener relación accionarial ni de consejo de administración con empresas que gestionen o comercialicen fondos de inversión”, exigiendo además que se trabaje en su totalidad con arquitectura abierta, para garantizar su independencia.

Desde Abante Asesores creen hay temas concretos que podrían desarrollarse y ayudar a las EAFI, como que puedan contar con prescriptores o presentadores; que el servicio de asesoramiento prestado sea un gasto fiscalmente deducible o que esté exento de IVA. Un último punto que también señala Ana Fernández, directora ejecutiva de AFS Finance Advisors EAFI: “Es injusto que la gestión de carteras lo esté y el asesoramiento tenga que tributar con un sobrecoste del 18% sobre el servicio prestado”, dice. Además, Abante Asesores valora positivamente las iniciativas en curso que “van a facilitar la transición de un modelo de relación, el bancario, a uno de asesoramiento”, como los trabajos del CESR y de la CNMV a la hora de definir el asesoramiento, o la normativa británica en materia de productos de inversión minorista (que busca una regulación horizontal que evite las asimetrías entre vehículos de inversión)… “Todo ello debería ayudar a clarificar qué es cada cosa, qué hace cada entidad y qué puede esperar el inversor”, afirma Belén Alarcón.

Cristóbal Amorós Arbaiza, de Amorós Arbaiza, afirma que ampliaría, o al menos flexibilizaría, el marco de actuación de las EAFI, para facilitar su actividad. Además, reduciría algunos requisitos formales y administrativos, que considera excesivos, y eliminaría la auditoría obligatoria, que juzga de “totalmente innecesaria”, eso sí, siendo más riguroso con los requisitos relacionados con la honorabilidad.

Para asegurar un “crecimiento sano”, Javier Flores, key account manager de Dracon Partners, aboga por la creación de un cuerpo de inspectores que velen por el cumplimiento de la normativa y persigan “contundencia a las entidades no reguladas que perjudican a la reputación de las EAFI”, y son su mayor competencia, afirma.

Borja Durán, socio director general de Wealth Solutions, opta por la posibilidad de transmisión de las órdenes de los clientes. “Están pagando por un servicio de asesoramiento para luego verse abandonados a su suerte en la a veces farragosa tarea de transmitir a un ejecutor las órdenes derivadas de una recomendación que le hace su asesor”, afirma. También creen que debería considerarse la posibilidad de regular la figura del “colaborador o prescriptor”, como existe en otras entidades del sector financiero (por ejemplo, en las firmas de seguros).