¿Punto final a la década perdida en Europa?

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El buen dato del crecimiento de la zona euro durante el primer trimestre ha sorprendido tan positivamente –ha sido el mejor dato desde que empezó la crisis- que ya hay quien habla del punto final a la “década perdida” de Europa. El 0,6% acumulado durante los tres primeros meses del año (frente al 0,3% del último trimestre de 2015) ha suscitado una serie de reflexiones entre los economistas de las gestoras internacionales.

Azad Zangana, economista de Schroders, comienza su análisis por Francia, que ha sido la principal contribuidora al dato del PIB al recuperarse un 0,5% en el periodo estudiado (el consenso esperaba un 0,4%). Zangana explica que en Schroders anticipaban esta recuperación, “pues la actividad parecía haberse ralentizado como reacción a los ataques terroristas de París el año pasado”. El economista observa que el repunte en los tres primeros meses del año ha sido protagonizado por “la aceleración del consumo y el crecimiento de la inversión de los negocios”.

La lectura que realiza Zangana es que “si la confianza se ha recuperado después de los sucesos del año pasado, deberíamos ver una moderación del crecimiento durante el resto del año, en vez de mantenerse este ritmo de crecimiento”, debido a que “Francia todavía tiene problemas estructurales significativos que es improbable que se resuelvan antes de las elecciones presidenciales del año que viene”.

Las grandes sorpresas al alza han sido no obstante España y Austria. Nuestro país ha crecido un 0,8% por tercer trimestre consecutivo pese a la ralentización de la producción industrial en enero y febrero, una tendencia que Zangana cree que podría continuar el resto del año. En el caso austriaco, el crecimiento ha alcanzado el 0,6%, el ritmo más elevado desde el comienzo de 2015.

También ha sido positivo el dato del desempleo en la eurozona: cayó hasta el 10,2% en marzo, frente al 10,4% de febrero y al 11,2% de marzo de 2015. “Las continuadas caídas del desempleo sugieren que el PIB ha estado creciendo por encima de su tendencia. A lo largo del tiempo, esto debería eliminar la mayor parte del exceso de capacidad en el mercado laboral y, finalmente, empujar al alza a los salarios y la inflación”, explica el economista. No obstante, calcula que este proceso podría llevar al menos otros dos años antes de que “podamos considerar que la inflación ha vuelto a la normalidad, un lujo que puede que el BCE no sea capaz de permitirse dado su mandato legal”.

Los expertos de Groupama AM aportan una serie de conclusiones adicionales sobre los indicadores avanzados de la situación de la zona euro publicados por Eurostat, que también incluyeron los datos de la encuesta de la Comisión Europea. “En general, estos datos confirman el mensaje de encuestas anteriores (nacionales, PMI), a saber, una continua recuperación a un ritmo de crecimiento trimestral del PIB alrededor del 0,3% para el segundo trimestre, pero que tiene como objetivo avanzar hacia el 0,4% en adelante”, comentan.

Desde la firma francesa se fijan en cuatro aspectos en particular. El primero de ellos, en que “la dinámica está un poco mejor orientada simultáneamente en la industria, la construcción y especialmente los servicios”. El segundo aspecto se centra en la mejora de la industria: “No es todavía lo bastante importante, pero la estabilización confirmada es en sí misma una buena noticia; el rebote de la cartera de pedidos en la industria del Reino Unido es sensible”. Los expertos constatan igualmente que “la mejora coyuntural en Grecia tiene, literalmente, un perfil en V” y, por último, que “tanto la percepción de los precios en la industria como entre los consumidores parecen estar firmemente estabilizados”.

¿Por qué tanto escepticismo?

“La percepción generalizada en el mercado sobre la economía europea es de una economía ineficiente y de lento crecimiento que se beneficiaría enormemente de las reformas estructurales” comenta Tanguy Le Saout, responsable de renta fija europea de Pioneer Investments. En su opinión, es por este motivo que la sorpresa fue tan grande el pasado viernes, cuando se publicaron las cifras. Al fin y al cabo, se trata de un crecimiento del 2,2% anualizado. Además, resalta Le Saout, “parece que la demanda nacional ha sido el gran motor de la mejora, lo que es un buen vaticinio para la economía de aquí en adelante, aunque las exportaciones parecen haberse ralentizado significativamente… no una gran sorpresa, dado el estado de la economía global”. De hecho, el experto llama la atención sobre que EE.UU. creciera menos en el mismo periodo, tan sólo un 0,5%.

Si los datos son tan buenos, ¿por qué los expertos están mostrando tanto escepticismo? La clave, una vez más, vuelve a estar en el dato de inflación. Ésta ha vuelto a retroceder hasta territorio negativo, registrando un -0,2% en abril. Le Saout considera “igual de decepcionante” el hecho de que la inflación subyacente cayera hasta el 0,8%, por debajo de las expectativas del consenso y por debajo de la media registrada en el segundo semestre de 2015. “La completa falta de presiones inflacionarias será una causa de preocupación significativa para el BCE”, concluye el responsable.

Azad Zangana también destaca la lectura negativa que deja la inflación. Observa que el precio de la energía ha vuelto a ser el principal lastre para la inflación general, aunque la inflación subyacente (la que excluye los precios de los alimentos, el alcohol y el tabaco) también haya caído. “Las tempranas vacaciones de Semana Santa habrían causado que la inflación fuera un poco más fuerte de lo normal en marzo y después más floja en abril, pero la foto en general sigue siendo mediocre, al estar la inflación en algunos Estados Miembro profundamente en negativo”, explica el experto.

Zangana observa asimismo que, a pesar de la última batería de estímulos del BCE, el euro se ha fortalecido recientemente y también ha pesado sobre el dato de la inflación, por lo que concluye que el BCE podría recortar más los tipos de interés “pues la respuesta a las acciones del BCE de la inflación y el euro sigue siendo un fracaso”.