Promesa del este

A medida que la Fed  abandona la escena, el Banco de Japón toma la delantera en la gran saga de la expansión monetaria.  Por ahora, Washington tiene suficiente deuda pública dado que la Fed considera que la economía está alcanzando su “velocidad de escape”. Pero el Banco de Japón quiere más.  Está en camino de tener la mayoría del mercado de deuda pública y tiene un balance casi tan grande como la economía japonesa.  A menos que se genere una situación de inflación sostenida en Japón y que el crecimiento real repunte lo suficiente como para generar una reducción  en el superávit financiero del sector privado, el Banco de Japón tendrá que seguir imprimiendo billetes durante  un largo tiempo. El resultado más claro de esta realidad es un yen más débil y una mayor inversión japonesa en muchos otros mercados mundiales. La Fed podría mirar desde arriba con una sonrisa, pero para el BCE, el papel de suplente parece que será inamovible durante algún tiempo.

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