Profim inicia los trámites para constituirse como EAFI

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Joel Filipe (Unsplash)

Profim, la firma creada en 1995 y dedicada en exclusiva al asesoramiento financiero independiente, ha presentado un expediente ante la CNMV para constituirse como EAFI. El director general y socio fundador de la entidad, Víctor Alvargonzález, destaca que para ellos se trata de un paso lógico. “Fuimos pioneros y llevamos ya 14 años dando un servicio totalmente independiente y cobrando por ello”, afirma. Alvargonzález respondió a las preguntas de www.fundspeople.com

Pregunta: ¿Cuáles son las mayores dificultades al poner en marcha una EAFI?

Respuesta: Implementar este tipo de normativa supone un gran esfuerzo económico y la asignación de personal a actividades que no tienen rentabilidad directa, pero todo ello es bienvenido si, como es el caso, permite crear una oferta seria, profesional y regulada de servicios de asesoramiento financiero libres de conflicto de interés.

P.: -¿Están dispuestos los clientes españoles a pagar por el servicio de asesoramiento?

R.:- Claro, están dispuestos siempre que a cambio se les ofrezca algo que merezca ser pagado. Nosotros llevamos catorce años cobrando por asesorar. Lo que no están dispuestos los españoles es a pagar porque les coloquen producto, ni por un análisis consistente en "compre esto que fue muy bien el año pasado". Están dispuestos a pagar cuando ven que detrás de un nombre hay una experiencia, un buen equipo de análisis y selección de productos -que no se crea en dos días-, un equipo de asesores especializados, un seguimiento sistemático de las inversiones, etc. En otras palabras, están dispuestos a pagar si perciben que a cambio reciben algo que vale, si perciben valor añadido. También tienen muy claro que el asesoramiento gratuito es gratis porque no vale nada, es sólo una excusa para vender un determinado producto.

P.: -¿A qué tipo de cliente se dirige Profim?

R.: Es un abanico muy amplio. El deseo de contar con un asesoramiento carente de conflicto de interés es común a todo tipo de inversores. A los de patrimonio medio porque están cansados de que no les den verdadero asesoramiento y que las entidades financieras se limiten a colocarles productos poco rentables, poco competitivos o poco adecuados a su perfil. Los de alto patrimonio también, pues ven cómo ser un cliente importante tampoco les protege del conflicto de interés y que en sus carteras el grueso lo forman productos, o bien "de la casa", o bien resultado de acuerdos concretos de comercialización con otras entidades, acuerdos basados exclusivamente en la comisión, no en un análisis serio de la oferta. Finalmente, están los clientes institucionales. Los profesionales del sector son los que más aprecian el asesoramiento independiente, pues saben cómo funcionan las cosas y no quieren que les coloquen producto, quieren verdadero asesoramiento. También valoran -todos- que el asesor haga su trabajo y que no se limite a ofrecerles el fondo que mejor lo hizo en los últimos años, sino que estudie a fondo quién es el gestor, su especialidad, la cartera del fondo, cómo le puede influir uno u otro escenario financiero y, en resumen, todos los factores que afectan a la rentabilidad futura del producto elegido.

Dada la amplitud del interés de los inversores por el asesoramiento independiente, nosotros damos servicio a los tres tipos de cliente mencionados anteriormente, pero de forma segmentada, pues otra característica del asesoramiento independiente debe ser el traje a la medida.

P.: -¿Qué diferencia a Profim de las entidades tradicionales?

R.: -Que asesoramos, no "colocamos" (producto), y que nuestros intereses están en línea con los del cliente, pues este es un modelo de negocio en el que ganas cuando el cliente está satisfecho con el servicio. En caso contrario, dejas de ser competitivo y acabas siendo un vendedor más de producto, no un asesor especializado y objetivo. Tampoco tenemos producto propio que colocar, como les ocurre a la mayoría de las entidades financieras. Elegimos el mejor del mercado para cada activo, sector o país. Es todo un mundo de diferencia.