“Preferimos ser direccionalmente correctos que completamente incorrectos”

Max_Widmer_cmyk
-

Las emociones son el mayor enemigo del cliente. Por eso, evitar la tentación de sucumbir a ellos es la máxima prioridad de las estrategias Balanced-Risk (de paridad de riesgo) de Invesco. “Al final todo el mundo cocina con agua. Nadie sabe lo que va a pasar en el futuro”, justifica Max Widmer, miembro del equipo gestor. Estos mixtos flexibles operan con un proceso sistemático, disciplinado y consistente. Su baza para cumplir con su objetivo: navegar por todo el ciclo macroeconómico a la vez que capturan parte del risk premia de los mercados. 

Precisamente una de las principales críticas en los últimos tiempos hacia los mixtos y multiactivos ha sido su fallo en el market timing. Su incapacidad para acertar con el asset allocation en periodos de alta volatilidad, tanto al alza como a la baja. Es una batalla en la que las estrategias de paridad de riesgo) optan por no participar. Truene o haga sol en los mercados, los fondos se mantienen firme en su convicción sistemática.

Mantener una postura tan férrea supone que en momentos complicados de mercado la estrategia sufrirá. Un ejemplo de ello lo vivieron en el último trimestre de 2018. Tras el rebalanceo mensual de octubre, los fondos estaban posicionados para sobreponderar el riesgo en renta variable, estar neutrales en renta fija gubernamental y ligeramente sobreponderar las materias primeras. Esto les obligó a tener que aguantar el chaparrón hasta el rebalanceo de noviembre y arrastró a la baja el comportamiento de los fondos en el último trimestre del año. Pero a largo plazo es lo que ha ayudado a beber de las recuperaciones del mercado. “Preferimos ser direccionalmente correctos que completamente incorrectos”, explica Widmer.

Proceso de inversión

Los dos fondos de la gama de Paridad de Riesgo de Invesco cuentan con el sello Funds People. El Invesco Balanced-Risk Allocation por su calificación de Blockbuster y el Invesco Balanced-Risk Select, por su calificación de Consistente. Ambos fondos beben de la misma estrategia. La única diferencia es que el Select no invierte en materias primeras relacionadas con la agricultura.

El valor añadido de dichos fondos, según explica Widmer, es que construyen la cartera en función del riesgo que aportan las tres clases de activos (bolsa, bonos y materias primas). El riesgo entendido como la volatilidad a largo plazo.

El objetivo es proteger el patrimonio a lo largo de todo un ciclo macroeconómico. Pero como incidimos anteriormente, el equipo gestor no hace apuestas de mercado sino que la cartera siempre está preparada y diversificada para navegar el ciclo entero en todo momento. Esta visión se gestiona principalmente a través de la parte estratégica de la cartera. Aquí el riesgo asignable –que no la cartera– se divide a partes iguales y a través de derivados entre los tres activos: renta variable de mercados desarrollados a través de índices, bonos gubernamentales y materias primas. El resultado es una beta histórica baja en los tres casos. Del 0,29% al MSCI World, del 0,01% al JPM EMU, y del 0,24% al Bloomberg Commodities. A esto se suma una pequeña pata táctica para potenciar los retornos, donde el equipo puede ser más flexible en el riesgo que atribuyen a cada clase de activos.