Posibles escenarios tras las elecciones americanas e implicaciones para la inversión

CasaBlanca
Trevor McGoldrick, Flickr, Creative Commons

El foco de atención se desplaza desde Europa a Estados Unidos. Ahora, el llamado ‘ajuste presupuestario’ americano —una tormenta perfecta de subidas de impuestos y recortes de gasto que podrían entrar en vigor el 1 de enero— está cobrando relevancia, según revela un informe del BlackRock Investment Institute en el que examina los supuestos clave con que podrían derivarse de las elecciones del 6 de noviembre en Estados Unidos y las implicaciones para los inversores. “El ajuste presupuestario aún no ha sido descontado por los mercados” y según sea el escenario las implicaciones de cara al inversor pueden ser unas u otras.

El primero sería el salto en paracaídas. “Un segundo mandato de Obama podría resultar en un riesgo de fractura. No se alcanzaría ningún acuerdo en la primera sesión del Congreso tras las elecciones. Podría haber entendimiento en materia de impuestos sobre la renta en enero, pero empezaría a gestarse un tenso debate en torno al techo de la deuda. La reacción del mercado sería la de gran nerviosismo en el mes de diciembre, que podría prolongarse hasta 2013 si Washington no alcanza un compromiso. Todas las miradas se posarían en la actuación de la Fed. El posible desenlace: las expectativas de una política presupuestaria sólida son nulas. De este modo, Washington podría sorprender positivamente, lo que desencadenaría un aumento de los activos de riesgo”.

El segundo escenario sería el salto de puenting. Una victoria de Mitt Romney y el control del Congreso por los republicanos podrían provocar un salto de puenting, con un plan ampliamente publicitado para volver a ‘subir’. Las subidas de impuestos podrían revertirse con carácter retroactivo y el techo de deuda podría aumentarse a la espera de alcanzar un pacto presupuestario definitivo. La Fed tendría las manos atadas. La reacción del mercado sería de euforia inicial, aunque existiría la posibilidad de decepción posterior si no se consiguen verdaderos avances en materia presupuestaria. Posible desenlace: ¿Puede un solo partido realmente asumir decisiones difíciles (incluido el recorte de prestaciones) sin recurrir a la excusa de la necesidad de alcanzar un compromiso?

Tercer escenario: frenazo in extremis. Un tercer escenario sería un frenazo en seco justo antes del precipicio. Los legisladores aceptarían ciertos recortes del gasto para, posteriormente, negociar un pacto presupuestario en el verano de 2013. ¿El detonante? Una caída brusca del mercado o la indignación pública ante las políticas de Washington. Todas las miradas se posarían en la actuación de la Fed. La reacción del mercado: alegría, si existen suficientes señales e indicios que dejen entrever que se está gestando un verdadero pacto presupuestario. Posible desenlace: los activos de riesgo podrían ser objeto de venta masiva si se considera que el pacto no es más que otro parche.

Entonces, ¿qué puede hacer con el inversor con su dinero?

Desde BlackRock hacen algunas sugerencias. En primer lugar, consideran probable que los bonos del Tesoro sigan desempeñando el papel de activos AAA, si bien prefieren productos con mayor riesgo, como los títulos hipotecarios, ya que los bonos del Tesoro conllevan un riesgo de precio dada su baja rentabilidad. En lo que respecta a la renta variable, afirman que la Bolsa americana ha registrado rentabilidades excepcionales, pero sus precios se han encarecido en términos relativos y su evolución está sujeta a las políticas de relajación monetaria. “Si el contexto económico sigue debilitándose, habrá que pensar en dirigirse a la puerta de embarque para salir de Estados Unidos con destino los mercados emergentes”.