Portugal endurece el régimen fiscal de las plusvalías

El Gobierno portugués quiere gravar con un tipo fijo del 20% las plusvalías de los particulares por venta de acciones que ahora están exentas. La medida está incluida en el Programa de Estabilidad y Crecimiento (PEC) y no afecta a las participaciones en fondos de inversión.

Más allá del aumento impositivo que implica la medida, muchos expertos en tributación de Portugal están en pie de guerra por la posible aplicación retroactiva que podría tener la norma. Aunque del texto del PEC no resulta del todo evidente, son muchas las voces que ya han alertado del hecho de que el tipo de gravamen del 20% se aplicaría a todas las plusvalías obtenidas con la venta de títulos realizada a partir del 1 de enero de 2010. En todo caso, aún está pendiente de aprobación la ley que desarrollará este contenido del PEC, lo que podría suceder a partir de este próximo mes de mayo. Un documento elaborado por más de 60 fiscalistas de Portugal tacha de inconstitucional la posible aplicación reatroactiva de la norma y exige un régimen transitorio, según ha recogido Diario Económico.

En la actualidad, las plusvalías por la venta de acciones con más de 12 meses de antigüedad están exentas en el impuesto de la renta de los particulares. Con menos antigüedad, el contribuyente debe pagar un tipo fijo del 10%. De salir adelante la reforma, todas pasarían a tributar al 20%. Al tiempo se establece que los inversores que obtengan en el año plusvalías inferiores a 500 euros no tributarán.

Los activos afectados por esta reforma son, principalmente las acciones (cotizadas o no), las obligaciones y otros títulos de deuda. Las participaciones en fondos de inversión tienen otro régimen fiscal que el PEC no ha tocado. En general, la persona física residente en Portugal no tributa por el beneficio que obtenga con el reembolso de sus participaciones porque ya lo ha hecho el propio fondo a tipos que, según los casos, pueden ser del 25%, del 20% o del 10%.

Otro de los cambios fiscales previstos por el PEC prevé la creación de un tipo de gravamen del 45% en el impuesto sobre la renta para los rendimientos superiores a los 150.000 euros. Ahora se aplica el 42% a partir de los 64.623 euros de rendimiento.