Por si Japón no tuviese problemas, aquí va uno más…

Japonesa
Benzpics63, Flickr, Creative Commons

En 1987, el Reino Unido sufrió los efectos de una grave tormenta otoñal que causó efectos devastadores sobre una amplia masa forestal que fue aniquilada, lo que provocó una fuerte conmoción en la sociedad británica. A medida que fue pasando el tiempo, sin embargo, el entorno natural se fue adaptando a la crisis. Los grandes y viejos árboles destruidos cambiaron el entorno natural dominante durante siglos, algo que sirvió para dar paso a toda una nueva generación de plantas más pequeñas y jóvenes que brotaron donde antes estaban aquellos árboles. Fue un claro ejemplo de la destrucción creativa en el trabajo.

La razón de que GLG, entidad perteneciente al grupo Man, haya decido recordar esta catástrofe no es un intento tardío de decirles a los habitantes de Nueva York y Nueva Jersey que la vida surgirá de los estragos del barro –aunque la experiencia nos enseña que así será- sino analizar lo que en su opinión es un desierto creado por el hombre: la política japonesa. “Aunque el primer ministro, Yoshihiko Noda, se ha comprometido a llamar pronto a los ciudadanos a las urnas, todavía no hay fecha definitiva para las próximas elecciones presidenciales, lo que sin embargo no ha sido impedimento para la aparición de un notable grupo de nuevas formas de vida política que tienden a emerger”.

Esto es una gran paradoja. Tras la II Guerra Mundial el Partido Liberal Democrático (PLD), este partido de centro-derecha había sido la fuerza del Gobierno. Esto fue así hasta 2009, cuando el Partido Democrático de Japón (PDJ) le arrebató el poder. Este partido no solo ha recogido el testigo del PLD, sino que también su impopularidad. Ambos son los partidos mayoritarios y, por lo tanto, el futuro probable de la política nipona apuntaba hacia una alternancia en el poder. “La conclusión a la que habría llegado el ciudadano es que, aunque no les guste ninguno de los partidos, tendrían que votar por uno de ellos. Pero a diferencia de la mayoría de los países occidentales esto podría no ser así”.

¿Qué ha ocurrido en realidad para que los votantes se estén pensando en dar su confianza a otras formaciones políticas? Según explica GLG, hace escasas semanas el alcalde de Osaka creó el Partido de la Restauración de Japón. Para no ser menos, cerca de Nagoya, la cuarta ciudad más poblada del país, apareció otra formación con un programa de gobierno centrado en la reducción de impuestos. Para no quedarse fuera de esta carrera armamentista política, el alcalde de Tokio ha dimitido de su cargo después de 13 años para formar un nuevo partido político de ámbito nacional.

“Al no saber la fecha de las elecciones, es imposible cuál será el impacto que tendrán estos partidos, aunque el hecho mismo de su creación es importante”, afirman desde la entidad. “La aparición de estos nuevos partidos habla sólo de un vacío de liderazgo y autoridad, lo que confirma que la crisis desatada en Japón hace 20 años ha tenido un impacto duradero tanto en la sociedad como en el terreno político, así como en las finanzas. “Conocer el número de nuevos retoños que crecerán aún está por verse, pero eso es menos importante que el florecimiento de las mil flores nuevas. Ninguno de estos nuevos partidos parece sentir la necesidad todavía de hablar con el mundo exterior. Sus páginas web están sólo en japonés”.