¿Por qué es momento de permanecer en renta variable?

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Joel Filipe (Unsplash)

A nivel de mercados, desde el principio de agosto la caída ha sido espectacular: el Eurostoxx 600 perdió un 12% y el Ibex el 9,4%. El movimiento de “flight to quality” (huida hacia la calidad) ha sido especialmente violento; todas las clases de activos con riesgo se repliegan en beneficio del préstamo de estado alemán; el Bund a 10 años se encuentra en el 2,16%  (recupera casi su nivel más bajo desde el año pasado).    

No ignoramos las razones que originan la inquietud: niveles de deuda especialmente altos a ambos lados del Atlántico y, por consiguiente, la expectativa de medidas rigurosas que nos llevarán directamente a una situación de recesión. No negamos la gravedad de la situación, pero consideramos que el mercado anuncia una depresión cuando en realidad se trataría de una ralentización.    

En efecto, el alza de los “spreads” de los países europeos hace que la situación sea más delicada aunque somos de la opinión de que los políticos harán lo necesario para actuar de común acuerdo y evitar en el futuro cualquier deficiencia. Cabe añadir que la corrección actual en los precios de las materias primas (-7,5 % para el barril de petróleo desde el principio de julio) debería desempeñar un papel impulsor para el crecimiento.    

Desde la perspectiva corporativa, las valorizaciones de las empresas, con un price/book del Eurostoxx 50 a 1.04 registran niveles históricamente bajos, en lo que respecta a empresas  y están lejos de presentar la peor configuración tanto por su actividad como por la calidad de sus balances. De hecho, si bien algunos valores cíclicos han decepcionado, los resultados de las compañías en los dos primeros trimestres de 2011 han superado las expectativas. Además, nadie puede negar un nivel de endeudamiento de lo más bajo.    

Ante esta realidad, no hay cabida para el idealismo; nuestro equipo de gestión está manos a la obra y se hace necesaria una auténtica reactividad. De forma global, los movimientos han concernido a la cesión de los valores expuestos a la deuda soberana (si bien las financieras estaban notablemente infrarrepresentadas en nuestra gestión) así como las empresas sujetas a futuras restricciones presupuestarias. En este sentido, damos prioridad a  valores de crecimiento cuyos resultados han sorprendido por su solidez en el segundo trimestre, con una propensión al consumo emergente consolidada. Es una realidad confirmada tanto por las publicaciones americanas como europeas: el crecimiento mundial está ahí, ya que los países emergentes asumen la debilidad de la vieja economía.    

Habida cuenta de la situación, se hace especialmente importante la calidad de los balances de las empresas. La amenaza de la acentuación del “sell-off” nos obliga a estar atentos (como siempre) a la liquidez de fondos. Avalado por las convicciones anteriormente mencionadas, el conjunto de nuestros fondos de acciones mantiene un nivel relativamente alto de inversión (90 % de promedio). Consideramos las reacciones actuales del mercado bastante exageradas, un excelente momento para examinar los informes de nuestras “watchlists” y para aprovechar las mejores oportunidades.