¿Por qué casi el 70% de los españoles sigue invirtiendo después de la jubilación?

Carla
Schroders

TRIBUNA de Carla Bergareche, directora general de Schroders para España y Portugal. Comentario patrocinado por Schroders.

Para muchos, la idea de la jubilación conlleva alejarse del estrés de la vida cotidiana. No obstante, ante el encarecimiento de los costes de vida y el reducido nivel de los tipos de interés, tal vez la sociedad deba pensar en la forma de hacer que sus ahorros generen rentas adicionales durante la jubilación.

Nuestro Estudio Global de Inversión 2018 ha concluido que concretamente el 58,5% de los españoles que aún no están jubilados pretende seguir invirtiendo durante sus años dorados. De media, dedicarán el 6,9% de sus ahorros para la jubilación a seguir invirtiendo. En el caso de aquellos ya jubilados, esta cifra es aún superior, llegando casi al 70%. Estos afirmaron estar asignando algo más de un quinto (21,6%) de sus ahorros para la jubilación a la inversión, un porcentaje incluso más alto que el de la media europea (18,2%).

 

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Los costes de vida, superiores a lo esperado, y el reducido nivel de los tipos de interés podrían provocar que muchas personas tengan que hacer malabarismos con sus presupuestos o ajustar sus expectativas para la jubilación.  El Estudio expone que el inversor medio espera que los costes de vida representen el 35% de sus ahorros para la jubilación. No obstante, aquellos ya jubilados afirmaron dedicar el 51% de sus ahorros para la jubilación a estos gastos, en línea con los europeos (50%).

 

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El posible déficit en las tasas de ahorro podría conllevar que los inversores se vean obligados a ajustar sus expectativas de cara a la jubilación. Por ejemplo, aquellas personas aún en activo afirmaron que esperan dedicar, de media, el 28,5% de sus ahorros para la jubilación a viajes y aficiones. En cambio, los jubilados españoles respondieron que actualmente asignan a esta partida solo un 24,4%.

Los efectos de la crisis financiera mundial, aunque sucediera hace una década, aún se dejan sentir. Si bien la economía se ha recuperado de la recesión posterior a la crisis, muchas de las medidas aplicadas para evitar el desplome de la economía siguen vigentes. Esto ha tenido enormes repercusiones sobre el coste de manutención y la rentabilidad de los ahorros.

Por ejemplo, en muchos países, la inflación está aumentando a un ritmo superior al interés que arrojan los ahorros en una cuenta bancaria. Se trata de un problema de especial relevancia para los jubilados que, en el pasado, solían depender parcialmente de las rentas derivadas de estos ahorros. Actualmente, ya quieran simplemente complementar sus rentas para la jubilación o estén pensando en dejar algo de capital en herencia, invertir una mayor proporción de los ahorros es una opción que merece la pena plantearse.

Las rentabilidades de las inversiones afectan al nivel de rentas que los ahorros para la jubilación pueden generar. Aunque la historia no puede servirnos de guía sobre las rentabilidades futuras, nos puede ayudar a replantearnos la situación. Una norma general en Estados Unidos, planteada por el asesor William Bengen, es que el porcentaje ideal que se debe utilizar de los ahorros para la jubilación es el 4%, empezando con una tasa de retirada de 4.000 dólares en el marco de una cartera de 100.000 dólares e incrementando esta cantidad en función de la inflación. Retirar más capital conlleva el riesgo de liquidar los ahorros en 30 años. 

No obstante, esta norma se estableció a mediados de la década de 1990, cuando el contexto de la inversión era muy diferente al actual. Con unas rentabilidades inferiores y una esperanza de vida superior, podría resultar necesario ajustar esta norma y reducir ese porcentaje del 4% en función de tus propias circunstancias financieras.  

Concluimos que los jubilados se están adaptando a una nueva realidad invirtiendo un mayor porcentaje de sus ahorros. Además, aquellos que se estén acercando a sus años dorados, deberían replantearse cómo invertirán después de la jubilación para alcanzar sus necesidades de rentas.