Políticas bancarias (no) convencionales

Nuevo post del blog de María Folqué y Montserrat Formoso de Funds People.

Debe haber algo en el agua. Pero menuda rentreé. No hay respiro entre las marchas nuestras de cada día. Este otoño está más cambiante que nunca y los árboles no son los únicos que mudan. Los gestores han seguido la máxima de San Ignacio de “no hacer mudanzas en tiempos de crisis” y han esperado a que las aguas estuvieran más calmas, del todo no, que eso nunca pasa, pero al menos cuando ya no hay amenazas de intervenciones, ni sombras negras sobre el euro y cuando en una parte del mundo la conversación vuelve a ser la de que los tipos no siempre bajan.

Aunque en otros lugares, más en nuestro vecindario, la cantinela sigue siendo la de esta crisis pertinaz y tozuda que ha superado la forma de w y va camino de convertirse en el gusano loco. Loco y sin sincronía, cuando unos estamos mejorcitos en otros sitios la cosa se tuerce para abajo. Y entonces parece que hasta Súper Mario se queda sin munición o por lo menos sin precisión. Y eso es lo que nos duele, el tener que ir por la vida al albur, sin calendarios concretos ni recetarios exactos. Debe ser que en el fondo los gestores tienen alma de relojeros, y debe ser también que muchos tenían puesta la alarma en estas dos últimas semanas.

En días como hoy los mercados parecen, a pesar de las turbulencias, el colmo de la racionalidad. Y hasta de la transparencia esa de la que tanto se habla. En comparación con las pulsiones del personal, hoy resultan hasta inocentes en su brutal honestidad a la hora de querer acumular. Los científicos del comportamiento humano advierten contra el uso de las tarjetas de crédito porque disminuye “el dolor de pagar”. Es un dolor real, pero para el que por lo visto hay remedio. Usar una tarjeta con dinero que no es tuyo. A la gente le llama atención los gastos de los señores de los sindicatos, como si su conciencia de clase les tuviera que inmunizar contra la alegría de lo gratis. A nosotras nos chocan más los otros, lo que han tenido todo de toda la vida y deciden echarse a perder en serio por un camino de vinos de precios imposibles y abuso de la esfirificación. La muerte nos iguala decía Jorge Manrique. Y el gusto por el champán rosé, añade el Presidente Maduro tras dejarse dos millones dólares en gastos en su estancia en Nueva York. Lo hortera, eso sí que es contagioso. Y no hay vacuna.

Entre políticas convencionales y no convencionales anda el juego, el mismo que ayer dejó a las bolsas europeas con una pataleta tras lo que no dijo Mario Draghi. Hay un riesgo de que haya perdido su encanto, su mojo, su hechizo. Y eso nunca para un italiano. “Dónde estaban ellos hace tres años”, soltó como respuesta cuando le preguntaron sobre las protestas en las calles de Nápoles. Pues sí, Marío, tú y sólo tú has dado un giro a la política del BCE, máxime desde junio de este año. Pero Mario, caro, no sólo de palabras vive el mercado.

Ya no es el enamoramiento lejano de ayer del hablo y venga alegría. Las expectativas sobre sus siguientes actuaciones estaban muy altas mientras el deterioro de la evolución de los precios y el crecimiento en la Zona Euro se hace más evidente. Lo de ayer, ya saben, fue un “te enseño la patita”. Durante dos años, y empezando a mediados de octubre, comprará covered bonds y ABS, ambos como complemento a las TLRO inauguradas en septiembre. Pero el mercado tenía más preguntas que el BCE no tuvo a bien a responder. ¿Tiene un objetivo de volumen de compras?, ¿contemplan un tamaño objetivo hasta donde amplíen su balance?.

“A su debido tiempo”, quiso en decir Draghi; “cuando nos pongamos de acuerdo, si es que ocurre”, interpretó el mercado. Porque los malos de la sección tienen nombre y apellido: Jens Weidmann y Wolfgang Schäuble, ambos opositores a las compras de activos porque así lo dicta su ADN. El primero, es el presidente del Bundesbank, el segundo Ministro de Finanzas de Merkel cuyo respaldo es necesario para los planes del BCE. Y es que las compras de ABS para ser efectivas en la economía real tendrían que ampliarse a los tramos de menor calidad, pero en ese caso, y evitando transmitir riesgo de crédito al balance del BCE e ir en contra de sus estatutos, los Estados Miembros deberán avalar los activos. ¡Angela, te necesito! Estamos de acuerdo. Igual de acuerdo como que los desequilibrios  hacia los dos lados de la balanza: esta semana conocíamos que Alemania había superado a China como primer exportador mundial.

Pero no metamos el dedo en el ojo. Cerremos con mensaje, el del BCE que “todavía” está listo para aplicar medidas no convencionales. Eso sí, con sus tiempos.

Los planes oultos del BCE

 

Buena semana,