“Pocas clases de activos ofrecen actualmente tanto atractivo; la deuda de mercados emergentes brinda un sólido potencial alcista”

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Foto cedida

El fondo Nordea 1- Emerging Market Blend Bond es un ejemplo de la colaboración entre Nordea y otra firma de gestión de activos —en este caso, Pramerica, empresa dependiente de Prudential Financial— para sumar fuerzas y crear el mejor fondo posible. En este caso, la encargada de la gestión del producto es Cathy Hepworth, que cuenta con una experiencia de más de 20 años en mercados emergentes y está especializada en deuda latinoamericana.

Hepworth destaca que la gran ventaja de invertir en mercados emergentes es que “se dispone de diversos modos de conseguir exposición, especialmente a través de un fondo de corte blend”. Además, considera que el momento actual es más que oportuno para invertir en este universo: “Pocas clases de activos ofrecen actualmente tanto atractivo; la deuda de mercados emergentes brinda un sólido potencial alcista”. 

Construcción de la cartera en tres pasos

El producto dispone de gran flexibilidad a la hora de asignar activos, ya que puede invertir en deuda soberana denominada en divisa local o divisa fuerte, deuda corporativa, deuda cuasisoberana y divisas, con especial hincapié en las estrategias de valor relativo. A la hora de construir la cartera, Hepworth indica que el primer paso consiste en conocer en profundidad cuál es el entorno global y si está en modo risk on o risk off. 

“Medimos el riesgo en función del tracking error en relación con nuestro índice de referencia. Somos agnósticos a la hora de construir la cartera en lo que respecta al modo en que generaremos alfa, pues esto depende de las oportunidades que ofrezca el mercado en cada momento”, indica Hepworth. Aplicamos una estrategia barbell (valores con vencimientos cortos de alta rentabilidad combinados con títulos de mayor calidad con vencimientos más largos) a la selección de títulos, concretamente a la hora de valorar deuda denominada en monedas fuertes. 

Una vez definida nuestra visión top-down, el siguiente paso es desarrollar una visión macro sobre cada país incluido en el universo de inversión con el fin de formular un diagnóstico. Para obtener una visión más ajustada a la realidad, los economistas de Pramerica han desarrollado su propio sistema de ratings con los que valorar a los distintos países. En vista de dichos ratings, consideran que países como Indonesia, Hungría y Rumanía deberían tener grado de inversión y afirman estar detectando ideas interesantes en los tres. 

El tercer paso del proceso consiste en la selección de valores. “Generamos alfa en nuestra cartera seleccionando los activos de un país que mejor reflejen nuestras visiones sobre el país de que se trate y el mercado". En este momento, aproximadamente el 40% de la cartera —en términos netos— se encuentra invertido en deuda denominada en divisa local y el 60% en deuda denominada en monedas fuertes. Hepworth considera que los diferenciales ofrecen en la actualidad mejores oportunidades. “Concretamente, nos decantamos por determinados bonos con vencimientos cortos de Argentina, Venezuela y Rusia. También reconocemos que ofrecen valor los bonos con vencimientos más largos de países como México, Indonesia y Hungría, cuyas curvas están inclinadas y ofrecen una calidad crediticia con la que nos sentimos muy cómodos. En lo que respecta a deuda cuasisoberana, el mercado ya descuenta en los precios la coyuntura en los casos de aquellos bonos que se negocian en función de su deuda pública, en gran medida por el escándalo de Petrobras en Brasil. Esto brinda oportunidades en algunos tramos de la curva de rentabilidades en los casos de emisores como Pemex, en niveles de cotización muy bajos con respecto a sus cotas históricas.” 

Hepworth espera actualmente un potencial más elevado de rentabilidad total en la compresión de los diferenciales que en la duración; esto se debe a las buenas oportunidades que trae consigo la subida generalizada aunque ordenada de los precios de la deuda emergente como consecuencia de las malas noticias procedentes de China y los mensajes de la Fed de este verano. “Probablemente, la primera subida de tipos de la Fed se producirá en diciembre y será mesurada. Ya se han puesto en precio multitud de noticias negativas, tanto en el lado de la deuda soberana como en el de la deuda corporativa”, añade. 

"Claramente, existe valor en determinadas curvas de bonos locales dados los bajos niveles en que se encuentran los tipos en los mercados desarrollados y la cantidad de subidas que ya se descuentan en algunas curvas locales, como las de México e Indonesia. A escala mundial, es difícil hallar presiones inflacionarias. Mantenemos la cautela en lo que respecta a monedas de mercados emergentes dadas la ralentización de las previsiones de crecimiento para dichos mercados y la debilidad de los precios de las materias primas", indica la gestora. 

Oportunidades en deuda pública

Las principales posiciones de la cartera se encuentran actualmente en deuda que numerosos analistas no dudarían en considerar controvertida: Argentina, Rusia y Venezuela son algunos de los nombres incluidos en el top 10. Hepworth aclara que muchas de las posiciones son en deuda de duración corta y que han sido muy meditadas antes de ser incorporadas a la cartera. 

Hepworth está buscando oportunidades en Brasil con las que incrementar la exposición y afirma que dicho país “está en una situación única, pues está presente en numerosos índices y la pérdida del grado de inversión ofrece nuevas oportunidades”. La veterana gestora considera que la situación que atraviesa el país “no es una crisis de financiación, sino de credibilidad, y que claramente necesita reformas estructurales, si bien dispone de mecanismos para hacer ajustes”. Hepworth indica que podría volver a aumentar el peso de la deuda brasileña en cartera, pues “todavía existe margen para otra rebaja de rating y eso es una oportunidad de compra”.

En los casos de Argentina y Venezuela, Hepworth ofrece la siguiente tesis de inversión: “Percibo un cambio significativo de régimen tras las elecciones en Argentina. Argentina y Venezuela siguen mostrándose muy dispuestas a satisfacer sus compromisos. No tengo ninguna duda de que Cristina Fernández pagará, y que también lo hará su sucesor, pues el país necesita tener acceso a los mercados. En Venezuela, es posible que se produzca una reestructuración de la deuda en 2016, lo cual ya se refleja en los precios en el tramo largo de la curva. Hay indicios que apuntan que algunos directivos de Petróleos de Venezuela (PDVSA) desean dirigirse a los bonistas para negociar una reestructuración. Espero más acuerdos de ambos países con el FMI y el entorno será más constructivo”.