PIMCO: las tres “C” que dominarán la macro en los próximos meses

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Tres “C” centran la última actualización con la visión cíclica de PIMCO: China, el crudo y los bancos centrales. Andrew Balls, director de inversores de renta fija, y Joachim Fels, asesor de la firma, aportan detalles sobre la visión de la compañía y los escenarios base con los que va a trabajar en los próximos seis a doce meses.

Aunque los expertos constatan que desde febrero ha mejorado el tono de la renta variable, la renta fija y el petróleo, y que tanto la Reserva Federal como el BCE han emitido mensajes más acomodaticios, la conclusión general de PIMCO –alcanzada en un foro de inversión celebrado en la sede de Newport Beach, California- es que “el momento de crecimiento económico global más débil a finales de 2015/ principios de 2016 y el endurecimiento significativo, aunque temporal, de las condiciones financieras globales de enero y febrero significan que el crecimiento económico y la inflación en 2016 probablemente caigan por debajo de los rangos que predecimos en diciembre en el caso de la mayoría de grandes economías”. Así, han rebajado en 50 puntos básicos su previsión para el PIB real global, hasta el 2%, y consideran que la Fed sólo tendrá margen para subir los tipos de interés una vez o dos como mucho este año.

Balls y Felt recuerdan que la economía mundial sigue creciendo a múltiples velocidades: “La divergencia económica y política continuarán creando una plétora de tensiones, volatilidad, riesgos y oportunidades”, declaran. Con un matiz: “Es probable que los tipos de interés se mantengan muy por debajo de las normas históricas y muy en línea con nuestro concepto de Nuevo Normal” (crecimientos estructurales más bajos en la economía global post 2008). También consideran que el entorno de tipos seguirá marcado por el concepto Nuevo Neutral (tipos de interés neutrales en niveles más bajos que la media histórica).

No obstante, también se han detectado una serie de factores de carácter político con potencial para complicar la ya difícil situación macro: “Las elecciones a la presidencia de EE.UU., el populismo al alza en Europa, la crisis de los refugiados, el riesgo de Brexit en Reino Unido y los gobiernos inestables en Brasil y otros”. Felt y Balls aclaran que “aunque los riesgos políticos son difíciles de cuantificar, tienen el potencial para mermar la confianza del consumidor y los espíritus animales corporativos, y su impacto puede no ser lineal, especialmente cuando el nivel deseado de ahorro es elevado y el nivel deseado de inversión es bajo, por más razones seculares”. Ambos se hacen eco del punto de vista  de uno de los observadores del fórum: después de las “economías zombies” (economías que sobreviven en un estado de respiración artificial, porque apenas funcionan) “los gobiernos zombies de todo el mundo podrían ser la principal razón por la que la economía global está estancada”.

Los expertos de PIMCO arrojan un rayo de luz entre tantos nubarrones: “Tanto nuestros modelos de previsión como nuestras deliberaciones en el foro sugieren una probabilidad de recesión de como mucho un 20%”. Aunque creen que la expansión está envejeciendo, descartan la presencia de los signos típicos de un colapso inminente: exceso de consumo, exceso de inversión, calentamiento y excesos monetarios.

Las tres “C”

China, las commodities y los bancos centrales son los principales focos de preocupación dentro de la visión cíclica de PIMCO. Desde la firma trabajan con varios escenarios alternativos para cada uno de ellos. En el caso de China, el mayor temor es a que el país devalúe de forma masiva su divisa. Sin embargo, el escenario central prevé una devaluación gradual y ordenada, en torno al 7% frente al dólar, que estará apoyada por la intervención continuada del tipo de cambio y más controles de capital. También contribuirá positivamente un dólar más estable en sus cambios con el euro y el yen, lo que aportará a su vez una mayor estabilidad del yuan frente a una cesta de divisas.

El mayor factor de incertidumbre en este es el tamaño de los flujos de salida de capital de las empresas y familias chinas. Dos posibles factores pueden ser el carry (coberturas de beneficios y ahorros en dólares) o por una mayor disposición por parte de los chinos a invertir en activos internacionales a medida que continúa el proceso de apertura de la economía china. De escenificarse el segundo factor, en PIMCO calculan que “los flujos de salida de capital sólo acabarían de empezar, y las reservas de divisas extranjeras de más de 3 billones de dólares podrían agotarse rápidamente”.

La segunda C ha sido de largo la que ha acaparado la mayor porción de atención entre los expertos de PIMCO citados en el fórum cíclico (con nombres como Ben Bernanke, Jean-Claude Trichet o Gordon Brown). “Para ser claros, casi nadie duda que los bancos resolverán hacer lo que sea necesario ante obstáculos persistentes para el crecimiento y la inflación. Sin embargo, hay un escepticismo creciente entre los participantes de mercado y en PIMCO sobre si los estímulos cuantitativos adicionales todavía son efectivos, dado lo baja que está ya la rentabilidad de los bonos, y por los efectos perniciosos de los tipos negativos sobre la rentabilidad de los bancos y, por consiguiente, sobre el canal de préstamo, que es crucial”, explica el dúo de expertos.  

La conclusión general a la que se llegó es que “los estímulos cuantitativos, si se hacen de forma correcta, todavía pueden ser de apoyo para los precios de los activos, el crecimiento y la inflación, incluso aunque los retornos se estén difuminando claramente”.

Desde la gestora consideran, a juzgar por la última batería de medidas del BCE, que “parece que los bancos centrales han empezado a albergar el mismo tipo de dudas sobre la eficacia de los tipos negativos y ahora están ajustando otra vez su set de herramientas”.

En cuanto al precio del crudo, la visión de la gestora es que probablemente ya haya pasado lo peor. El escenario base prevé un repunte de la demanda, alentada por el abaratamiento de los precios, así como un reequilibrio de la curva de la oferta. La conjunción de los factores podría elevar este mismo año el precio del barril hacia los 50 dólares.