PIMCO: la vida sin Bill Gross… es vida

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Victoria Heath, Unsplash

Hubo un tiempo en el que a Bill Gross se le conocía como el rey de los bonos. El trono lo ocupaba porque estaba al frente del PIMCO Total Return Bond, el que durante años fue el fondo de renta fija más grande del mundo. Durante su reinado, eran habituales los paseos de Gross por los platós de televisión, donde el gestor acostumbraba a emitir opiniones y juicios de valor que no dejaban indiferentes a quienes le escuchaban. Eran los tiempos en los que Gross contaba con una reputación intachable. Por muy estrafalarios y políticamente incorrectos que fuesen sus comentarios, los inversores mostraban una confianza casi ciega en el gestor y su estrategia, como evidenciaba un patrimonio que, lejos de resentirse, no hacía más que engordar. Pero en 2011 todo cambió.

El PIMCO Total Return cerraba aquel año con salidas netas de dinero por primera vez en su historia. Fue el inicio del declive. A partir de entonces todo fue diferente tanto para Gross como para PIMCO. Las salidas de dinero se acentuaron y las guerras internas en el equipo se hicieron públicas. La más enconada fue la que protagonizó el propio Gross con Mohamed El-Erian, entonces consejero delegado y corresponsable de inversiones de la entidad. Los reproches mutuos entre ambos fueron habituales y se mantuvieron incluso después de que en enero de 2014 El-Erian anunciase su salida de PIMCO. Fueron meses muy difíciles para la gestora. El-Erian aportaba el contrapunto perfecto a la fuerte personalidad de Gross, no solo dentro del comité de inversión, sino dentro de la organización general de la gestora. A partir de entonces, los acontecimientos se precipitaron.

Los medios de comunicación apuntaban a las frecuentes discusiones como la causa de la marcha de El-Erian y revelaban que el resto de los empleados de PIMCO se sentían demasiado intimidados por Gross como para hablar con libertad. Los enfrentamientos provocaron que se conociesen detalles escabrosos sobre el día a día de la oficina que no gustaron nada a unos inversores que empezaron a sacar su dinero de la estrategia. Todo culminó en septiembre de 2014, con la salida del propio Gross de la compañía, que emprendió rumbo a Janus Capital. “Para PIMCO, el adiós de Gross fue añadir gasolina al fuego. Provocó un tsunami de salidas de dinero, lo que generó el temor de que la caída de los ingresos provocaría recortes dolorosos tanto de recursos como de personal en la gestora. Incluso algunos inversores y expertos se cuestionaron la propia supervivencia de la entidad”, explica Morningstar en un pormenorizado informe.

La gestora endereza el rumbo

PIMCO ha tardado mucho tiempo en recuperarse de aquel golpe. Los dos años siguientes a la salida de Gross fue una travesía por el desierto en la que la firma no dejó de sufrir salidas de dinero. Afectaron principalmente al PIMCO Total Return (cuyos activos pasaron de los 377.000 millones de dólares que tenía cuando se anunció la marcha del gestor a los 155.000 millones que mantenía al cierre del tercer trimestre de 2017), aunque se extendieron a otras otras muchas estrategias de la entidad. El PIMCO GIS Income fue la excepción. Las entradas de dinero en este producto empezaron a ser recurrentes y se dispararon en 2017, en el que hasta septiembre llevaba captado 32.000 millones de euros, siendo de largo el fondo que más dinero ha captado en Europa este año. Hoy atesora más del triple de lo que tenía hace tres años, convirtiendo a este producto gestionado por Daniel Ivascyn y Alfred Murata en el buque insignia de la entidad.

La atracción que ha registrado este producto explica, en parte, que los flujos de dinero para PIMCO se volvieran positivos en la segunda mitad de 2016 por primera vez desde el segundo trimestre de 2013. A partir de ahí la gestora logró revertir la tendencia.

“Si bien los principios fundacionales del proceso de inversión de PIMCO no han cambiado, el nuevo equipo que se ha hecho con las riendas del PIMCO Total Return, liderado por Ivascyn, ha traído un mayor rigor cuantitativo tanto en lo que respecta a la toma de decisiones como a la hora de reducir los sesgos conductuales en ese proceso. Por otro lado, la gestora es ahora mucho menos dependiente del éxito de un gestor y de una estrategia concreta. A finales de 2014 el PIMCO Total Return centraba más del 25% de los activos gestionados por la firma, mientras que su estrategia de Income y crédito con grado de inversión representaban un único dígito. En 2017 el reparto entre estas tres categorías de producto está mucho más equilibrado, representando cada una menos de un 15% del total”, subrayan desde Morningstar.

El riesgo ahora es que, si el PIMCO GIS Income continúa creciendo al ritmo actual, termine provocando una nueva concentración del negocio de la firma en una única estrategia, es decir, volver a ser una gestora mono-producto. Sin embargo, las vulnerabilidades actuales de PIMCO no son las mismas que en las de la época de Bill Gross. “Mientras que la estrategia americana del PIMCO Total Return fue víctima de las preocupaciones de los inversores sobre el riesgo de subidas de los tipos de interés en los bonos core, el énfasis del PIMCO Income en la búsqueda de yields superiores y más sensibilidad al crédito ha ayudado a esta estrategia, razón de su popularidad”, señalan desde Morningstar.

“Con la distracción que ha supuesto la crisis de liderazgo y las salidas de dinero que le sucedieron, el equipo de inversión de PIMCO ha permanecido estable y bien equipado a nivel de recursos, se presenta como una gestora capaz de generar resultados competitivos en los próximos años. Su resurgimiento ha sido impresionante”, concluyen.