Peter Bourbeau (Legg Mason): “Existe mucha distorsión de precios en EE.UU., y se debe a la gestión pasiva”

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Legg Mason

El Legg Mason Clearbridge US Large Cap Growth es un fondo de Legg Mason Global AM calificado como Consistentes Funds People que tiene 18 años de vida. Están al cargo de su gestión Peter Bourbeau – al frente del producto desde 2003- y Margaret Vitrano, que se incorporó a la estrategia en 2012. Ambos imprimen un personalísimo estilo en la gestión de este producto de renta variable, que se centra en la búsqueda de negocios de alta calidad y crecimiento sin pagar por ellos una suma excesiva.

“Hacemos una gestión consistente, no top down. Conectamos los puntos a partir de las conversaciones que tenemos con las compañías y así nos hacemos una idea de cuál es el entorno macro, pero no hacemos apuestas macroeconómicas”, aclara Bourbeau.

Dicho esto, el gestor admite sobre la valoración del mercado estadounidense que “existe mucha distorsión de precios”. El experto afirma que dicha distorsión “se debe a las estrategias de inversión pasiva”. Pone como ejemplo la evolución de Apple: “Apple no es un 25% mejor de lo que era en noviembre de 2008. A la firma le ha apoyado un entorno benigno de mercado y el hecho de que haya ido ganando ponderación en los índices, lo que ha atraído mucho dinero inversor de ETF”.

“Podemos ver las grietas en el sistema, creo que de aquí en adelante el mercado se va a poner interesante. No puedes mantener tantos flujos hacia inversiones pasivas sin esperar consecuencias”, añade el experto. Éste insiste en que “para añadir valor en productos de inversión, no basta con comprar valores como Apple o Amazon. Nosotros estamos encontrando más valor en el espectro de las grandes capitalizadas, no en las mega caps”.

En cuanto a la valoración actual del mercado – cabe recordar que el Nasdaq ha registrado esta semana máximos de todos los tiempos-, Bourbeau sostiene que “ópticamente, las acciones estadounidenses parecen caras. Sin embargo, se puede añadir valor con poco riesgo si se va más allá de la superficie”. La percepción del experto sobre el rumbo que tome Wall Street es la siguiente: “No veo a los mercados subiendo mucho más respecto a los niveles en que están ahora, pero tampoco veo motivos para una gran corrección. Los bancos estadounidenses están en una forma fantástica; los bonos del Tesoro están caros, pero ofrecen un rendimiento superior al de los bonos europeos; y puedes encontrar compañías de alta calidad con un dividendo atractivo”.

Para Bourbeau, el elemento realmente clave para comprender el comportamiento del mercado es el dinero que queda por invertir. “La cantidad de dinero a nivel global que está en efectivo o en balances corporativos marca la diferencia respecto a otros ciclos anteriores.  Cuando se produzca una corrección del 5% o el 6% volverá a entrar dinero; todas las industrias están consolidadas y dispuestas a invertir”.

Filosofía growth, pero no a cualquier precio

Los dos gestores del fondo ejercieron previamente como analistas financieros. “Esto significa que somos escépticos con los precios”, indica Bourbeau. De hecho, el máximo cometido del equipo gestor consiste en “asegurarnos de que no pagamos de más”. Esto explica que habitualmente aprovechen las fases de corrección o momentos en los que el mercado ponga a ciertos valores bajo la lupa para iniciar posiciones.

Todas las compañías en las que invierte el fondo deben ser negocios que destaquen por ofrecer modelos de alta calidad y generar crecimiento sostenible en el largo plazo. También deben ser capaces de autofinanciarse, por lo que deben ser disponer de fuertes flujos de caja. El otro rasgo en común es la búsqueda de un componente de innovación, con independencia del sector en el que operen. En muchas ocasiones, la decisión de compra puede estar motivada también por la presencia de un catalizador. “Buscamos agentes de cambio. Por ejemplo, en compañías como Disney o Microsoft fue el cambio de consejero delegado”, comenta el gestor.

El equipo gestor clasifica a las compañías del universo en tres categorías: cíclicas, estables y valores selectos. Las firmas estables – que resumen todas las características expuestas- suponen un 55% de la cartera. Las cíclicas son firmas que han atravesado recientemente dificultades (Schlumberger, W.W. Grainger); su asignación equivale actualmente a un 12% de la cartera. El último bloque hace referencia a compañías con un modelo de negocio único y con capacidad para adaptarse a todos los entornos de mercado, como Celgene, Visa o Amazon.

Como resultado de una selección activa de valores, el active share del fondo es del 70%, con un tracking error inferior al 3%. La rotación de activos es extremadamente baja, del 15%. El gestor indica de hecho que hay cuatro valores que llevan en cartera desde el lanzamiento del producto: Johnson & Johnson, Texas Instruments, Disney y Coca-Cola. 

La cartera del fondo suele estar concentrada entre 40 y 50 valores (actualmente tiene 47). Para evitar una excesiva concentración, el fondo tiene la limitación de no invertir más de un 5% en un mismo valor ni más de un 50% en los sectores de mayor tamaño. La cartera sobrepondera en estos momentos valores del sector financiero, salud, energía y (ligeramente) materiales industriales. Está prácticamente neutral en utilities (-0,03% respecto al índice de referencia) e infrapondera los sectores de tecnología, telecomunicaciones, inmobiliario, consumo básico, industriales y consumo discrecional. Adicionalmente, hoy el fondo tiene una posición de efectivo del 3,41%.

El gestor sostiene que la suya es “una cartera muy consciente del riesgo”. El fondo ha sido capaz de capturar el 100% de las subidas del mercado en un periodo de cinco años, y el 95% de las bajadas en el mismo periodo.