Europa: incertidumbre respecto a la situación de la deuda soberana y sostenibilidad del crecimiento global que derriba los mercados.
Estados Unidos: la renta variable por la rebaja de la calificación y la volatilidad del mercado.
Japón: las reservas japonesas decayeron de la misma manera que la apreciación del yen hizo perder la confianza del inversor.
Asia (Pacífico): la renta variable acabó en territorio negativo debido a la rebaja de la calificación estadounidense, y la insolvencia teme al sector de los bancos europeos.
Mercados emergentes: los mercados caen ante las débiles señales globales