Perspectivas de las materias primas y las divisas durante el segundo trimestre de 2015

JUAN_JOSE_SANCHIS
Foto cedida

La fuerte caída de los tipos de interés, a cero o incluso negativos, ante la flexibilización en curso o prevista en un total veinte países, ha generado un debate respecto al surgimiento y a la persistencia del estado actual de los tipos, incluso aunque la Fed esté avanzando sobre una subida de tipos. Mientras tanto, aunque las perspectivas de crecimiento se deterioraron durante el último trimestre, parece vislumbrarse un escenario más positivo a medida que Europa y Asia se benefician de los bajos precios del crudo y de la devaluación de sus divisas. Hemos revisado al alza nuestras previsiones para Europa, donde esperamos una recuperación moderada durante los próximos trimestres (gracias a los estímulos monetarios y a un poco de buena suerte). Asimismo, Asia atraviesa una fase de aceleración en su crecimiento durante el “Año de la Oveja” en China. Por último, aunque EE.UU haya tenido un comienzo de año lento, las condiciones del mercado laboral continúan mejorando.

¿Cuáles son las implicaciones de estos factores macroeconómicos para activos como las materias primas y las divisas? Vayamos por partes:

Materias primas

Es probable que las políticas de estímulo en Europa y Asia impulsen la demanda. Posiblemente, China, consumidor clave, acabe batiendo los pronósticos de crecimiento. A pesar de que se prevea un menor nivel de actividad económica, las medidas de estímulo deberían respaldar un mayor gasto en infraestructuras intensivas en materias primas y los bajos precios del crudo deberían contribuir a la mejora de la actividad en Asia e impulsar una mayor demanda de materias primas. Por otra parte, es probable que el sector energético continúe vulnerable aunque se registre un modesto repunte del crudo  durante el segundo semestre a medida que comienza a reducirse su oferta.

- Metales industriales, platino y paladio

Esperamos que la demanda de metales industriales junto con el platino y el paladio mejore gracias al rebote cíclico generado por las medidas de estímulo. La oferta de la mayoría de los metales industriales es más ajustada de lo que se percibe en general. El cobre por ejemplo, ha registrado un déficit de oferta durante los últimos tres años, a pesar de que el International Copper Study Group estimaba superávit durante dicho período. Creemos que factores como la prohibición de la exportación de minerales (níquel de Indonesia) y el riesgo de cierre de minas (zinc, aluminio, platino y paladio), podrían reducir aún más la oferta este año.

- Oro

Es probable que las perspectivas de subida de los tipos de interés en EE.UU continúen presionando la caída de la onza de oro. Sin embargo, su precio actual ha sobrestimado el ritmo de ajuste de la política monetaria de la Fed y el metal precioso podría ser tenido en cuenta como un activo barato para protegerse ante potenciales errores que puedan cometer los bancos centrales, a medida que el crecimiento de los partidos políticos anti-sistema de Europa amenaza con desafiar al orden imperante.

- Plata

A pesar de la mejora de la demanda del sector industrial, su fuerte correlación con el oro atenuará su rendimiento. Asimismo su precio continuará presionado por el excesivo nivel de oferta minera.

- Crudo

Continúa la guerra de precios en el mercado. Aunque se están cerrando plataformas de perforación de crudo en EE.UU a un ritmo sin precedentes, las reservas de crudo siguen creciendo. Esperamos que la producción estadounidense disminuya hacia junio y es probable que el precio presente alta volatilidad y fuertes caídas antes de una recuperación hacia finales de año. La reunión de la OPEC en junio sigue siendo un punto de inflexión en el juego político en el que se ha convertido la guerra de precios. A pesar de que creemos que el cártel reducirá la producción, lo hará con mucha reticencia. Los recortes serán moderados dado que la organización no estará dispuesta a perder cuota de mercado y esperará a que otros participantes disminuyan también su producción antes de realizar recortes más significativos.

- Gas natural

Mantenemos nuestras perspectivas bajistas sobre el gas natural debido a que la demanda estacional termina en el próximo trimestre. El comienzo de la temporada de “inyección” supondrá una acumulación de reservas que mantendrá al mercado bien abastecido.

- Agricultura

Después de las condiciones climáticas casi perfectas del año pasado, vemos improbable que la producción de este año alcance o supere los niveles registrados el anterior. Como resultado, es probable que se reduzca la plantación de trigo, maíz y soja y que la menor oferta respalde la evolución de los precios del grano.

Por otra parte, la llamada “guerra de divisas” ha cobrado su víctima en los precios del sector agrícola. La rápida devaluación del real brasileño ha impulsado las ventas de café y azúcar, presionando a la baja los precios globales de estas materias primas. El hecho de que los inversores vuelvan a concentrarse en los fundamentales, debería respaldar los precios del café dada la alta probabilidad de que se produzca un rendimiento relativamente débil. En el caso del azúcar, es probable que su oferta registre superávit por quinto año consecutivo.

Divisas

Las tipos de interés negativos en Europa han generado una devaluación de las divisas del G10 frente al dólar. La apreciación del dólar está impulsada por la recuperación de EE.UU y las expectativas de una política más restrictiva por parte de la Fed. De hecho, muy poco ha cambiado respecto a la situación macroeconómica: más allá de los sólidos datos de empleo, otros indicadores económicos han registrado resultados moderados. El crecimiento salarial sigue estancado y el gasto de los hogares se ha moderado recientemente. Sin embargo, a pesar de la mejora de la actividad económica, las variables inflacionarias han comenzado a caer. Es por ello que cabe la posibilidad de que el dólar revierta modestamente su reciente avance.

La libra británica (GBP) ha sido la moneda europea más beneficiada por la política acomodaticia de los bancos centrales y se ha fortalecido considerablemente a medida que el BCE se ha visto obligado a compensar las fuerzas deflacionarias. Los miembros más conservadores del Comité de Política Monetaria del Banco de Inglaterra se han relajado a medida que los bajos precios del petróleo y la débil actividad económica han llevado la inflación a cero por primera vez en la historia, por ello se espera que la libra se debilite frente al dólar consecuentemente, a la vez que predecimos una posible recuperación del euro.

Por su parte, el Banco Nacional de Suiza perdió su batalla contra el mercado, a medida que el programa de flexibilización monetaria (QE) del BCE amenazó con abrumar sus recursos. A pesar de la eliminación del suelo con el euro, el Banco Nacional de Suiza espera recortar aún más los tipos de interés para lograr corregir la sobrevaloración de su moneda. Pensamos que es improbable que el CHF recupere de nuevo el suelo del 1,20 en 2015, a menos que la entidad suiza tome medidas más contundentes.

Por otra parte, y en el largo plazo, esperamos que el USD continúe fortaleciéndose, mientras que tras un repunte en el corto plazo del EUR y el JPY, ambas monedas sufrirían un posterior debilitamiento. Esto último sería provocado por el compromiso del BCE y el Banco de Japón a adoptar programas de flexibilización agresivos y por las inyecciones de liquidez realizadas por ambas entidades. Es que al menos hasta 2016, no se prevé que adopten ninguna medida restrictiva.