“Para ganar hay que ser diferente, hemos reducido nuestra exposición a bolsa”

"Cuando la crisis de deuda soberana sea analizada detenidamente en el futuro, los historiadores coincidirán en que las inyecciones de liquidez realizadas por la autoridad monetaria fueron el primer paso que logró poner la situación bajo control". Así de contundente se muestra James Millard, jefe de inversiones de Skandia Investment Group (SIG), quien considera que la liquidez suministrada por la institución ha borrado los problemas de financiación de las entidades financieras más débiles a la vez que impulsado la demanda de bonos periféricos. “Es el gran bazooka que el mercado estaba esperando”, asegura.

 

Por este motivo, Millard continúa mostrándose muy optimista respecto al mercado de renta variable. Pese a ello, reconoce que la gestora ha reducido en las últimas fechas su exposición a la renta variable a raíz del fuerte aumento experimentado por el precio de las acciones en lo que va de año. “Nuestra positiva postura sobre el mercado ha dejado de ser una visión contraria al estar ahora más alineada con la del consenso, por lo que hemos optado por acometer una toma de beneficios y reducir nuestra posición de sobreponderación en renta variable”, afirma. “Hay que ser diferente para ganar”, sentencia.

 

Esto no quiere decir, sin embargo, que el director de inversiones de SIG haya variado su positiva visión sobre el mercado bursátil y ya no vea recorrido alcista a la renta variable. “Esperamos que la bolsa continúe subiendo a lo largo de 2012 al calor de un repunte de la actividad económica, unos tipos de interés bajos, unas valoraciones atractivas y una mayor reducción del estrés en la Eurozona”. No obstante, Millard también tiene claro cuáles son sus preferencias, que se centran en los mercados emergentes, muy especialmente en la región asiática.

 

“Los datos económicos en muchas economías emergentes se han estabilizado, lo que podría ser recogido por sus mercados en los próximos meses”, señala. En este sentido, este experto cree que los temores a un aterrizaje brusco en el crecimiento de estos países, especialmente en China, podrían ir desapareciendo a medida que se vayan publicando los indicadores macroeconómicos, en tanto que una política monetaria de bajos tipos de interés en estos países podría servir de apoyo para sus mercados. “Por ese motivo, los emergentes seguirán centrando el interés por parte de nuestra firma”, indica.

 

Aunque, en su opinión, China se está posicionando como una de las economías más sólidas del mundo, un crecimiento del PIB muy fuerte no garantiza unos positivos retornos dado el marcado carácter de indicador adelantado de la bolsa. “No obstante, a largo plazo existe una gran correlación entre el crecimiento económico de un país y la evolución de su mercado”, asegura Millard. Por ello, el director de inversiones de SIG recomienda elevar el peso de empresas emergentes en una cartera de renta variable global. Y es que, a su juicio, “los índices no reflejan el crecimiento de las diferentes regiones”.

 

“Si quisiésemos invertir en un fondo de renta variable global en el que el índice de referencia fuese el MSCI World Index, tendríamos que infraponderar a los mercados desarrollados y sobreponderar a los emergentes, puesto que el peso de las compañías estadounidenses en el índice es excesivo mientras que la ponderación de las empresas emergentes es muy bajo”, señala el experto. En este aspecto, Millard señala a la selección de valores como la clave para la creación de alfa.

 

“Nuestros clientes nos demandan productos diversificados, que les protejan contra la inflación y que les generen ingresos. Pues bien, para cumplir con sus expectativas, la gestión activa es fundamental”. Según indica, los fondos de gestión activa son los que baten de una manera más clara al índice de referencia, lo que demuestra que la estrategia funciona. Destaca lo difícil que resulta batir al mercado en fondos que invierten en índices como el FTSE 100, donde apenas un grupo de diez valores ostentan el 40% del peso del selectivo. “Hacerlo en otros mercados como el estadounidense es relativamente más sencillo”, asegura.

 

El volumen de activos bajo gestión del fondo es otro factor que Millard considera muy importante. “Si bien los de mayor tamaño cuentan con la ventaja de tener unos costes más reducidos, esto no significa que ofrezcan unos mejores resultados”. Y es que, tener un volumen demasiado elevado también tiene sus inconvenientes. Entre ellos, el director de inversiones de SIG cita, por ejemplo, el hecho de que sus gestores no puedan hacer y deshacer posiciones de una manera rápida y eficiente.

 

“Los fondos de mayor volumen tienden a invertir en multinacionales y compañías de gran capitalización que lo único que hacen es replicar la evolución del índice. Por eso los fondos con un patrimonio más elevado suelen comportarse peor que los que tienen un volumen de activos gestionados más bajo”, señala el experto de SIG. Lo mismo ocurre, en su opinión, con los fondos que apuestan por una industria concentrada que, de acuerdo con sus estudios, por lo general tienden a batir al mercado.

 

El siguiente gráfico muestra la visión actual de SIG respecto a las diferentes clases de activos: