El colapso en el precio del petróleo puede ser visto como un signo de debilidad global, como una señal de exceso de oferta o como una evidencia de conspiración política al más alto nivel. En cualquier caso, un petróleo barato es bueno para el crecimiento en un mundo consumidor de energía. El aumento de más de 300.000 empleos en sectores no agrícolas en Estados Unidos en noviembre constituye otra evidencia de que la Reserva Federal sigue preparada para endurecer su política el año que viene. De hecho, si los bajos precios del gas aportan un estímulo adicional para el crecimiento, este endurecimiento podría producirse más pronto que tarde. Hasta ahora, los bonos de los países centrales han resistido muy bien a un crecimiento más sólido en Estados unidos pero dado que nos acercamos hacia la primera subida de tipos, hemos de vigilar la duración. Los rendimientos están aumentando.
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