Offshoreleaks, Luxemburgo y FATCA a la europea

“España, Reino Unido, Alemania, Francia e Italia anuncian un proyecto piloto común de intercambio de información fiscal”. Así se titula la nota de prensa que ayer emitió el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas. Y uno no puede por menos que preguntarse: ¿pero es que hasta ahora, en el seno de la UE, los Estados miembros no se intercambiaban información? Y uno sigue leyendo la nota de prensa y descubre que “el proyecto piloto que ahora se anuncia estará basado en el llamado modelo de intercambio FATCA”. Y entonces uno se vuelve a preguntar: ¿es que la rimbombante Directiva 2011/16/UE del Consejo de 15 de febrero de 2011 relativa a la cooperación administrativa en el ámbito de la fiscalidad y su respectivo reglamento de ejecución no sirve para nada?, ¿es que ahora a los europeos nos gustan más las normas americanas que las propias?

Está claro que FATCA es mucho FATCA y que la normativa europea –con sus leyes en vigor y sus normas por adaptar, sus consultas abiertas sobre nuevos mecanismos y sus páginas web de recién cuño para combatir el fraude fiscal- se queda atrás o es incompleta o simplemente va a ser que es horizontal y FATCA vertical. O lo que es lo mismo, FATCA va al grano y la Directiva europea se enreda en sí misma.

Mientras los EE. UU. obligan a dar información a quienes custodian el dinero –entidades financieras-, en Europa tienen que dar la información las administraciones tributarias. En FATCA, las entidades financieras directamente o a través de la administración fiscal de su territorio (si se ha firmado un acuerdo para ello), acuerdan el intercambio de información con EE. UU. En Europa, es una administración fiscal la que se las tiene que ingeniar –a base de leyes, claro está- para que las entidades financieras le den la información y luego, si la ha obtenido, pasársela a su homólogo de otro país.

La Europa de las eternas velocidades

El fenómeno que se está viviendo en Europa, como ya ha ocurrido en multitud de ocasiones y con normas de lo más variopintas, es que hay distintas velocidades.

Están los países de la UE que además de adaptarse a la directiva europea, se adhieren a FATCA de manera unilateral – y ahora puede que de forma multilateral-. Por ejemplo, España ya ha rubricado su adhesión a la normativa de los EE. UU. de tal forma que las entidades financieras españolas podrán no tratar directamente con el Tesoro de los EE. UU. sino que podrán utilizar a la administración española como intermediaria. Se trata de un acuerdo que aún se está tramitando y pendiente de firma.

Están también los países que simplemente ya han traspuesto la Directiva. Y, por último Austria, que pese a decir que algo hará vive bajo la eterna amenaza de estar en una lista negra de países no cooperantes. Y de fuera de la UE, está Suiza, que el pasado mes de febrero anunció su adhesión a FATCA.

Secreto bancario para rusos en Luxemburgo

Luxemburgo, con su ley del 29 de marzo de 2013 publicada el pasado 4 de abril, ha sido el último en adaptarse a la Directiva de intercambio de información. Desde luego, con esta norma no se acaba el secreto bancario luxemburgués. Sin embargo, el Gobierno del Gran Ducado anunció ayer que bajo el campo de aplicación de la Directiva 2003/48/CE en materia de fiscalidad de los rendimientos del ahorro, introducirá el intercambio automático de información a partir de enero de 2015.

Teniendo en cuenta que la directiva del ahorro deja fuera los seguros de vida y a unos cuantos fondos de inversión, su eficacia está limitada. Al tiempo, sólo afectará a los ahorradores personas físicas residentes en la UE con lo que inversores de Rusia, del Golfo y de América Latina que poco a poco se han ido convirtiendo en los principales clientes de los servicios financieros luxemburgueses quedan a salvo. Así que el primer ministro luxemburgués, Jean-Claude Juncker, cuando ayer dijo eso de “podemos sin peligro introducir el intercambio automático de información a partir del 1 de enero de 2015” sabía muy bien lo que estaba haciendo. Decirle a Europa, a EE. UU., a sus vecinos alemanes y a todos los ciudadanos que siguen el offshoreleaks en directo lo que estaban esperando.

El chivatazo sí funciona

Sobre todo esto, tampoco está de más recordar que periódicamente países como España firman acuerdos de intercambio de información con territorios como Aruba, Bahamas o Curaçao… y cuya eficacia digamos que es menor a lo deseable.

Así que al final, mientras unos y otros siguen escrupulosamente las hojas de ruta de las tramitaciones legislativas, y todos nos congratulamos de que España, Reino Unido, Alemania, Francia e Italia le escriban una carta al comisario europeo de lucha contra el fraude, Algirdas Semeta, en la que le expresan sus deseos de que “Europa pueda encabezar la promoción de un sistema global de intercambio automático de información”, el offshoreleaks ha desatado los nervios.

El CD que recibió el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación con 2,5 millones de archivos se está revelando más eficaz para saber quién tiene qué y dónde que todas las normas presentes y futuras. Todo está en los ordenadores, a un click de poder ser enviado a cualquiera a la otra punta del mundo, sin prevenciones legales, sin clausulas de reciprocidad, sin plazos. Como diría nuestro ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro: “¿Lo tiene claro, lo tiene claro?”