Obama consigue su segundo mandato: ¿cambia en algo el argumento de la película?

CasaBlanca
DUCKofD3ATH, Flickr, Creative Commons

Las elecciones en Estados Unidos han culminado con un reparto de poder similar al que había hasta ahora y con un Gobierno que se enfrenta a las mismas cuestiones candentes. “La lista de tareas pendientes de Obama aumenta, el trabajo duro aún no ha empezado y los mercados aún no han descontado el ajuste presupuestario”, aseguran desde BlackRock. “Se mantiene el llamamiento a Washington para que redescubra el arte del compromiso”. No obstante, "pase lo que pase -exista o no acuerdo entre demócratas y republicanos para hacer frente al abismo fiscal- es muy probable que la economía americana empiece a perder fuerza”.

De hecho, en un informe firmado por Peter Hayes, director del equipo de bonos municipales de BlackRock, Russ Koesterich, director global de estrategias de inversión de iShares; Barbara Novick, responsable del comité de relaciones gubernamentales de BlackRock, Jeff Rosenberg, estratega jefe de renta fija de BlackRock, y Ewen Cameron Watt, jefe de estrategia del BlackRock Investment Institute, los expertos de la entidad se muestran convencidos de que “aún en el mejor de los escenarios, la economía de Estados Unidos podría experimentar problemas el próximo año”. Por lo pronto, “el ajuste presupuestario es real y se acerca cada vez más”. 

En este sentido, dos de los tres escenarios previstos por el BlackRock Investment Institute antes de las elecciones siguen vigentes. El primero sería el de ‘salto en paracaídas’, por el que el país caería al precipicio, lo que proporcionaría a los legisladores una excusa para alcanzar un compromiso de mínimos en enero. El segundo sería ‘frenazo in extremis’, en el que se alcanzaría un acuerdo a modo de parche antes de que las medidas del ajuste presupuestario entraran en vigor el próximo 1 de enero. Pero, ¿cuál de los dos es más probable?

Los expertos de la entidad creen que los constantes llamamientos de consejeros delegados y otros actores del mercado para que se evite una recaída en la recesión mediante un acuerdo pueden aumentar la probabilidad de que se materialice el escenario de 'frenazo in extremis'. “Washington podría prestar atención a estas demandas”. Además, según la gestora, la necesidad de fijar el límite legal de deuda y de establecer una disposición fiscal en virtud de la cual miles de familias americanas pasarían a pagar el impuesto mínimo obligatorio (AMT) proporcionaría a los políticos la excusa necesaria para alcanzar un acuerdo.

“Existe, sin embargo, el riesgo de que ambos partidos se atrincheren y escojan caer por el precipicio. Los demócratas pueden evocar la reciente victoria presidencial como argumento para forzar un aumento de los impuestos a las clases altas, mientras que los republicanos pueden hacer valer su control de la Cámara de Representantes para defender la reducción del gasto público y oponerse a las subidas de impuestos. “El efecto paralizador de unos recortes de gasto público forzosos y los probables virajes de mercado, hacen de este escenario una estratagema peligrosa para ambos partidos”.

Ya no es puerto seguro

Independientemente de lo que ocurra, BlackRock considera muy posible una subida de impuestos sobre los salarios, así como el fin de la ampliación de los subsidios de desempleo. “Se estima que sólo estas dos medidas podrían reducir en un 1% el crecimiento económico del país el próximo año”. La Fed sigue estando preparada para acudir al rescate, y la reelección hace más probable que se mantenga la política de relajación monetaria. Sin embargo, los tipos de interés históricamente bajos y los billones de dólares destinados a políticas de estímulo por parte de la Fed y de otros bancos centrales no siempre han conseguido reactivar el crédito y la economía.

Según BlackRock, el estatu de Estados Unidos como refugio seguro puede quebrarse como consecuencia de nuevas discusiones sobre el techo de deuda. Se espera que la deuda pública bruta de Estados Unidos alcance el techo de los 16,4 billones de dólares en el primer trimestre de 2013, mientras que los gastos adicionales en ayudas a las víctimas del Huracán Sandy podrían acelerar la llegada a este límite. “Un desacuerdo en torno al techo de deuda, sumado a la ausencia de iniciativas para atajar el déficit a largo plazo, podrían provocar una nueva rebaja de la nota de deuda por las agencias de rating. Y esta vez una rebaja podría suponer más que un golpe a la reputación, ya que muchos fondos tienen prohibida la inversión en activos según cuál sea su calificación”.

No hacer nada no es una opción

Una vez que la deuda representa el 90% del PIB durante al menos cinco años empieza a empañar el crecimiento económico, a restringir las opciones disponibles en materia de políticas y a incrementar los costes para los prestatarios, dejando a la nación a merced de los acreedores internacionales. El triunvirato del estado de bienestar de Estados Unidos. -Seguridad Social, Medicare y Medicaid– consume ya dos terceras partes de los ingresos del estado. La opinión del BlackRock Investment Institute es clara: “esto no es sostenible”. A su juicio, “no hacer nada respecto a un déficit presupuestario que supera el billón de dólares tampoco es una opción. Necesitamos ver, al menos, un principio de acuerdo sobre un plan presupuestario riguroso capaz de darle la vuelta a esta situación”.