Nuevas fuentes de alfa: todas las claves del revival del M&A

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Rahego, Flickr, Creative Commons

Todos los años empiezan con una misma esperanza para muchos inversores: que repunte la actividad de fusiones y adquisiciones (M&A). Hasta ahora, ha sido una esperanza que ha ido desinflándose con el transcurrir de cada ejercicio. Pero hay buenas noticias en este campo. Desde Amundi consideran que, ahora sí, “el mercado de M&A está viendo un revival después de varios años de calma relativa”. Se basan en el incremento del 31% en el volumen mundial de transacciones a lo largo de 2014, alcanzando niveles similares a los registrados en 2008. “Esta recuperación está ampliamente en línea con los intereses de los bonistas”, indican desde la firma francesa. 

Distribución geográfica y sectorial

Desde Amundi constatan que la distribución de la actividad empresarial varía mucho dependiendo de la zona del mundo en la que se esté. Así, Estados Unidos es quien emite señas más fuertes de recuperación, y de interés comprador: la actividad compradora se incrementó un 45% (630.000 millones de dólares) sólo el año pasado. En cambio, en la eurozona se movieron 117.000 millones, lo que aún así supone un crecimiento del 23% respecto al año anterior. 

Finalmente, el M&A sólo creció un 15% (87.000 millones) en el mercado asiático. “Sin embargo, la región Asia-Pacífico se ha convertido en un área estratégica en los últimos años. Hoy, una de cada cuatro transacciones tiene como objetivo un negocio localizado en un país emergente, en comparación con una de cada diez al principio de la década de los 2000”, señalan desde la gestora. Esto explica la proliferación de operaciones transnacionales, por número más del 80% en los últimos 12 meses y por tamaño, un tercio del mercado. 

¿Qué movimientos son los más populares? En primer lugar, compañías estadounidenses que se van de compras por Europa: un 25% del volumen centrado en firmas europeas durante 2014 procede de América, en comparación del 18% en 2013. La diferencia de precios a uno y otro lado del Atlántico ha incentivado este interés: “Los múltiplos de beneficio corporativo y los tipos de cambio juegan a favor de los inversores estadounidenses”, señalan desde Amundi. Los diferentes impuestos de sociedades aplicados en cada región también han sido de ayuda para las compañías americanas. Por ejemplo, una de las razones por las que Pfizer compró AstraZeneca fue para trasladar a Reino Unido su sede y poder reducir sus impuestos.  

Los motivos de las empresas europeas que han puesto sus ojos sobre Estados Unidos son diferentes: en este caso, lo que se busca son nuevos motores de crecimiento. Desde la gestora se indica que las empresas alemanas, francesas y británicas son las más activas en este terreno.
En último lugar se destaca el auge de las inversiones en el extranjero realizadas por compañías asiáticas, especialmente chinas: el volumen de transacción entre compañías asiáticas y de otros continentes ha pasado del 10% de principios de siglo a estabilizarse en torno al 25% ó 30%. 

Por sectores, las transacciones más grandes han sido protagonizadas por compañías farmacéuticas, telecos, energéticas, inmobiliarias e industriales, y de hecho se espera que el sector de telecomunicaciones siga siendo muy activo en Europa. “El sector energético podría ver también más actividad, pues unos precios más bajos precios del petróleo  podrían llevar a movimientos defensivos o posiciones oportunistas”, constatan desde la firma. 

Tamaño de las ofertas

Otro de los rasgos del renacimiento del M&A es el gran tamaño de las transacciones que se han anunciado tanto en Estados Unidos como en Europa. Así, los acuerdos valorados en 5.000 millones de dólares o más supusieron el 40% del volumen en 2014, frente al 23% registrado entre 2009 y 2013. La explicación que aportan desde Amundi a este fenómeno es que “ahora los ejecutivos están motivados por factores muy diferentes de los que eran el caso antes de la crisis de Lehman”. Ahora los equipos directivos “tienen que competir con la baja demanda y las presiones deflacionarias, que están poniendo mucho peso sobre los márgentes”. De esta forma, el principal motivo que lleva ahora a las empresas a tirar de chequera tiene que ver directamente con cumplir con criterios industriales: recorte de costes, consolidación e incremento de la cuota de mercado. 

Factores de estímulo

Indudablemente, la combinación de bajos tipos de interés y liquidez suministrada por los bancos centrales han sido un gran aliciente para animar a las compañías a crecer por la vía de adquisiciones. Amundi así lo constata. Por un lado, sus expertos explican que “los emisores están informando de niveles récord de liquidez en sus balances, como resultado de una gestión prudente de los recursos tras la crisis de Lehman”. Recuerdan el hábito adquirido por empresas estadounidenses de derivar una parte significativa de dicha liquidez a otros países para evitar la doble recaudación de impuestos sobre los beneficios; sin ir más lejos, General Electric tiene “aparcados” 90.000 millones de euros por este motivo. Sin embargo, desde la gestora advierten que es probable que esta tendencia pierda momento porque “el Tesoro de Estados Unidos ha anunciado que pretende hacer ver estas transacciones como una forma de evitar el pago de impuestos”, aunque creen que los activos europeos continuarán ofreciendo oportunidades a los inversores americanos. 

La gestora apunta como segundo acicate en este entorno la proliferación de ampliaciones de capital para financiarse, que refleja “el entorno alcista de la bolsa y la confianza de los inversores en dichas transacciones”. Finalmente, la tercera ayuda del entorno de tipos bajos toca directamente a los bonos: recordemos que las compañías han podido financiarse (y refinanciarse) a precios muy bajos.