“No hay una burbuja en el mercado inmobiliario suizo”

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El mercado inmobiliario suizo ha adquirido un tinte atractivo en los últimos años. Hasta 2007, no tenía ni las mismas tasas de crecimiento ni el mismo desarrollo de otros mercados, pero ha sabido aprender de los errores y salir adelante en las peores circunstancias macroeconómicas, justifica Jaume Sabater, miembro del comité de Gestión Inmobiliaria de Banque Privée Edmond de Rothschild.

En una entrevista concedida a Funds People, Sabater explica cómo Suiza se convirtió en un escenario de excepción y evolucionó en oposición al resto de mercados internacionales cuando en 2008 estalló la burbuja inmobiliaria. La explicación de este comportamiento es que el país helvético aprendió de la crisis inmobiliaria que sufrió a finales de los 80 y principios de los 90 adoptando medidas frente a la especulación. Para evitarla, una de las exigencias de los bancos y las compañías de seguros es que el comprador aporte un 20% de los fondos necesarios para comprar la vivienda.

Sabater no cree que exista una burbuja inmobiliaria en Suiza sino una subida de precios que es consecuencia de factores macro y microeconómicos. Eso sí, no descarta que si los precios siguen subiendo, se pueda generar esta burbuja. Además, la oferta de pisos es limitada y hay un deseo de estar invertido en este mercado. “Existe un tejido de fondos de pensiones y de compañías de seguros que disponen de muchísima liquidez y que tienen una voluntad de invertirla en inmobiliario debido al contexto económico en el que vivimos, considerando que otras clases de activos tienen riesgo y poca rentabilidad”, señala Sabater.

“En Suiza, los tipos de interés están a cero. La inversión inmobiliaria está generando una rentabilidad por encima de la que pueden generar las obligaciones en francos suizos y esta es otra de las razones por las cuales los precios han seguido progresando durante estos últimos dos, tres, cuatro años de forma importante”, subraya el gestor.

Con respecto a la evolución de su población, Suiza se ha beneficiado de un flujo migratorio positivo desde hace 10-15 años con una entrada importante de gente que se instala en el país, principalmente en las grandes ciudades en las que no hay demasiada vivienda disponible. “Por definición, los precios suben cuando estamos en una situación en la que hay demanda, la oferta no es suficiente y además no hay un exceso de promociones”, indica Sabater.

En cuanto a la realización de nuevas promociones, hay un control que se está aplicando en las ciudades, los cantones y la confederación. “Desde hace muchos años, existe una ley en Suiza que intenta evitar la compra de viviendas por parte de extranjeros no domiciliados”, puntualiza Sabater. En general, existen medidas que controlan el volumen de la demanda y que al mismo tiempo reducen la oferta en el mercado.

¿Qué vehículo utiliza el banco suizo para invertir y cómo lo hace? Sabater gestiona el fondo inmobiliario Edmond de Rothschild Real Estate Sicav, que invierte en el sector residencial y comercial con una política de inversión que se define sobre tres tipos de estrategias: residencial estable, comercial estable y gestión a valor añadido. El fondo, que se lanzó en marzo de 2011, tiene un patrimonio en la actualidad de 600 millones de francos suizos y, como asegura Sabater, es la primera sicav inmobiliaria en Suiza. En cuanto a los porcentajes, el objetivo es que esté equilibrado un tercio en cada categoría.