Nathalie Coffre (Amundi): "El mayor riesgo que vigilar es el riesgo de liquidez"

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Cedida (Amundi)

Gestionar la liquidez se ha convertido en algo prioritario para los inversores que ven cómo el cambio de rumbo de los bancos centrales hacia una extensión de su política monetaria acomodaticia garantiza tipos bajos durante mucho más tiempo del previsto. Al fin y al cabo, esta extensión de la política monetaria implica que aquellos que no quieran asumir riesgo en sus carteras tendrán que confirmarse con rentabilidades del 0%, si no inferiores teniendo en cuenta que hoy el BCE cobra un 0,40% de interés a los bancos por dejar su dinero aparcado y no ponerlo en circulación.

De ahí que el interés de los inversores por encontrar alternativas a ese -0,40% que implica tener el dinero depositado en el banco central europeo no haya hecho otra cosa que crecer en los últimos tiempos. Dos de las opciones más demandadas para gestionar esa liquidez han recaído en fondos como Amundi 6M o Amundi 12M. El primero cuenta con más de 10.000 millones de euros de patrimonio, lo que le convierte en el fondo más grande de la categoría renta fija ultra corto plazo de Morningstar de entre los productos disponibles para el inversor español, y el segundo amasa más de 4.000 millones de euros, lo que le sitúa también entre los cinco primeros fondos de este tipo, de un total de 163. En Funds People charlamos con Nathalie Coffre, responsable de soluciones a corto plazo, renta fija y crédito de Amundi, unidad de la que cuelgan estos fondos y que fue creada en 2010, sobre qué están haciendo en sus carteras para maximizar esa escasa rentabilidad que da ahora la liquidez en las carteras.

“Para dar soluciones a la gestión de la liquidez usamos tres medidas: la utilización de los bonos como alternativa a los instrumentos del mercado monetario, primas de rentabilidad en el sentido de extender las inversiones más allá de la curva de rentabilidad hasta 3 o 5 años  y analizar las primas de crédito” a los que aplican dos procesos muy claros. El primero de ellos es la diversidad en cuanto a la duración y el segundo conseguir la mayor rentabilidad  a corto plazo en términos absolutos teniendo el cuenta el presupuesto de riesgo que esté dispuesto a asumir cada inversor”.

No en vano, hay que tener en cuenta que en un contexto de tipos al 0% hay que tener en cuenta que todo lo que ofrezca más de un 0% implica la asunción de un cierto riesgo que no siempre los inversores han estado dispuestos a asumir. “A medida que vemos que la política de tipos seguirá siendo baja durante mucho más tiempo. Los clientes tienen más interés en gestionar esa liquidez porque les cuesta dinero tener sus activos en cuentas bancarias y de ahí que cada vez estén más dispuestos a asumir volatilidad a corto plazo a cambio de  conseguir una rentabilidad en un tiempo determinado”, afirma Coffre.

Deuda italiana a corto plazo como fuente de alpha

Esta experta reconoce que en los últimos meses se ha optado precisamente por elevar ese nivel de riesgo a corto plazo y de ahí que identifique como principal fuente de rentabilidad el potencial que ofrece el mercado de crédito. Además, en el análisis del mismo cuenta con el apoyo de un equipo de 44 analistas de crédito con los que mantienen una relación de cercanía en el sentido literal de la palabra ya que se sientan justo en la misma planta que su equipo. “En la actualidad somos positivos con el mercado de crédito y hemos elevado el riesgo de la cartera además de modificar la duración de la misma en línea con la evolución del eonia, además de ver muchas oportunidades en los bonos BBB y a corto plazo en deuda italiana”.

En concreto, en Amundi 6m destinan el 55,4% de la cartera a deuda con rating de triple B e Italia supone cerca del 12% de su cartera (incluyendo en el cajón italiano tanto deuda de gobierno como financiera como corporativa) mientras que en la cartera de Amundi 12m lo que varía no es tanto la exposición a deuda italiana, que se mantiene en los mismo niveles, como la invertida en deuda BBB ya que el porcentaje cae a niveles del 4%.

Con respecto a los bonos soberanos de países europeos más core se muestra muy escéptica con respecto a la idoneidad de estos éstos como parte de una cartera de renta fija a corto plazo. “Cuando se busca rentabilidad, con los bonos dando rentabilidades negativas consideramos que es mejor dejar ese dinero en depósitos al -0,40% que tenerlo en bonos públicos alemanes”.  Otra cosa es que traten de aprovechar las oportunidades que les pueda ofrecer este tipo de bonos a corto plazo siempre y cuando den rentabilidades positivas.

Pero más allá del mercado como tal, si hay un riesgo que monitoriza el equipo de Nathalie Coffre a la hora de componer las carteras de sus estrategias ese es el riesgo de liquidez. “El mayor riesgo que hay que vigilar es el riesgo de liquidez. Es el único riesgo que no queremos asumir y por eso el nivel que tenemos en situaciones de mercado normal en liquidez está entre el 10 y el 15%”, apunta esta experta.  Al fin y al cabo, reconoce que, además esos inversores que buscan maximizar la rentabilidad de su cartera de liquidez, también hay otros  muchos que acuden a este tipo de productos no tanto con la idea de conseguir alpha sino simplemente asegurarse de que cuando necesiten recuperar la liquidez la van a obtener sin problema.  “Sabemos que los inversores no están en este tipo de productos para siempre y por eso la liquidez es algo que vigilamos mucho”, apunta.