Motivos para invertir en commodities: de la diversificación a los fundamentales

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Ecopapel, Flickr Creative Commons

Los inversores tradicionalmente han invertido en materias primas para diversificar sus carteras, debido a que es un activo que suele ofrecer retornos poco correlacionados con otros activos tradicionales, como la renta fija o la variable. Pero ahora, además de eso, han de buscar sus positivos fundamentales, según Man GLG.

La gestora considera que, aunque la correlación se ha incrementado en los últimos años, eso se debe a las fuerzas macroeconómicas, y espera que dichas correlaciones con respecto a los activos de riesgo sean bajas, pues “cada clase de activo tiende a responder de forma distinta a las fases del ciclo económico”, y también a otros factores, como desastres naturales, guerras o políticas de proteccionismo económico, que suelen impulsar el precio de las materias primas, a diferencia de lo que ocurre con otros activos.

Pero, incluso aunque la macroeconomía siguiera poniendo trabas a la evolución alcista de las materias primas, siempre podrían contar con el apoyo de la micro: “Las materias primas pueden ser producidas y consumidas físicamente, por lo que pensamos que la microeconomía seguirá catalizando su precio a largo plazo”, comentan en la entidad.

Por eso, además de esperar que la función de diversificación siga manteniéndose, Man GLG considera que la primera motivación para invertir en el activo deben ser sus fundamentales. “Podríamos haber alcanzado un punto de inflexión en el que los factores que causan caídas en su precio –como la innovación tecnológica- han fallado a la hora de mantener el ritmo y responder a las poderosas fuerzas de oferta y demanda”, dicen en su informe “The case for commodities revisited”.

Así, señalan fuerzas fundamentales que influyen en su evolución, como el crecimiento de la población (que, con la reducción de la tierra cultivable por habitante, tendrá implicaciones en los mercados agrícolas), el cambio de equilibrio en la riqueza y consumo global (con la consiguiente demanda de alimentos, energía y otros materiales para consumo de los países emergentes) y el proceso de urbanización del mundo en desarrollo (con la demanda estructural de materias primas, sobre todo metales, que ello conlleva).

En resumen, a pesar de los obstáculos macroeconómicos, Man considera que hemos llegado a un punto en el que hay que plantearse si la economía global se ha desacelerado tanto como para poner en jaque el súperciclo de las materias primas. “No hay duda de que el crecimiento global está desacelerándose y también lo hará la demanda de materias primas, pero la microeconomía juega a favor”, dice la gestora, con la mención de las políticas de los gobiernos, como las sanciones de Europa y EEUU a Irán (que han reducido la cantidad de crudo en el mercado), o los problemas de oferta de aluminio en China. Y a eso hay que añadir las políticas de estímulo monetario de los gobiernos occidentales. “Las oportunidades estructurales para las materias primas a largo plazo siguen intactas”, concluye Man GLG.