Mitos y estereotipos erróneos sobre los inversores milennials que un asesor debe superar

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Gusta mucho elucubrar sobre cómo los inversores más jóvenes están transformando –y trastornando- la industria de la gestión de activos. Que si son poco ahorradores, demasiado cortoplacistas o confían su dinero a los roboadvisors. Pues bien, el último Global Investment Survey de Legg Mason derriba muchos de estos mitos y revela una imagen de los milennials muy distinta al estereotipo. 

Para empezar, el ahorrador joven sí está abierto a un asesor profesional. Aunque el coste y las comisiones son los factores principales en la toma de decisiones de los milennials y la generación X, el tercer factor que más les influye es precisamente el consejo de un profesional. Algo que los baby boomers, en cambio, no mencionan entre sus prioridades. Estos últimos, de hecho, le dan más relevancia al historial de rendimiento del fondo. 

“Puede que influya haber visto en el pasado situaciones familiares económicamente negativas en las que no se contó con asesoramiento”, apunta Javier Mallo, responsable de Legg Mason para España y Portugal. 

En su opinión, también afecta la cantidad de información a la que tienen acceso. Un 32% de los milennials encuestados reconoce que cuanta más información recibe, más confuso le resulta. Y eso explicaría entonces una de las revelaciones más sorprendentes del estudio: que casi la mitad de los milennials afirma que rara vez o nunca usan una plataforma online o un robo advisor como fuente de información. Por el contraste, el 70% defiende que confían en un asesor financiero profesional y en sus propias investigaciones online. 

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Por muy jóvenes que sean no renuncian al “toque humano”. Casi un 70% asegura que se sentiría intranquilo si no hubiera una persona para hablar sobre la gestión de sus inversiones. 

Los españoles más longevos ya piensan en su jubilación

Quizás otra de las explicaciones por las que los más jóvenes dan más importancia al asesoramiento es porque ya tienen interiorizado que ahorrar para la jubilación es una prioridad. Según el estudio, un 72% de los milennials tiene previsto aumentar su inversor a largo plazo en los próximos cinco años. Más que las anteriores generaciones. 

Y lo harán con un enfoque sostenible, según afirmaron el 58% de los encuestados. Un 60% de los más jóvenes afirma elegir sus fondos o acciones en función de criterios socialmente responsables (ESG); el doble que los baby boomers. 

Lo que piden a su asesor, en cambio, es transparencia: nada de costes ocultos ni ausencia de información. También demandan una buena reputación, experiencia o calificaciones profesionales. Estos dos criterios les importan más que, por ejemplo, una marcada rentabilidad de las inversiones o incluso la oferta de servicios online. 

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¿Por qué invierte un milennial?

Hay tres razones claras que motivan la inversión de los más jóvenes: tener ahorros disponibles para una emergencia, tener una vida financieramente desahogada durante al jubilación y ser libre para hacer lo que quieran. Y para ello, un tercio renuniaría a actividades como salir de copas una vez al mes, tomar un café o comer fuera cada día, y salir al cine o al teatro una vez al mes. 

Hay más similitudes que diferencias entre los milennials y los baby boomers. Por ejemplo, que independientemente de la edad, el inversor español tiene una cartera diversificada, con un peso dominante de liquidez (efectivo o cuenta de ahorro). Y, sorprendentemente, son los baby boomers los que tienen una mayor exposición a la renta variable en sus carteras (25% frente al 19%) y los milennials a bienes inmobiliarios (11% frente al 9%).